martes, 22 de septiembre de 2009

YO NO QUIERO MÁS LUZ QUE TU CUERPO ANTE EL MÍO


Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda,
limpidez cuya entraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda.

¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamas se termina.

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.

claro cuerpo moreno de calor fecundante.
hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada
para siempre es de noche: para siempre es de día.

Miguel Hernández

POR TU PIE, LA BLANCURA MÁS BAILABLE


Por tu pie, la blancura más bailable,
donde cesa en diez parte tu hermosura,
una paloma sube a tu cintura,
baja a la tierra un nardo interminable.

Con tu pie vas poniendo lo admirable
del nácar en rídicula estrechura,
y adonde va tu pie va la blancura,
perro sembrado de jazmín calzable.

A tu pie, tan espuma como playa,
arena y mar, me arrimo y desarrimo
y al redil de su planta entrar procuro.

Entro y dejo que el alma se me vaya
por la voz amorosa del racimo:
pisa mi corazón que ya es maduro

Miguel Hernández

SONETO XLVII


Detrás de mí en la rama quiero verte.
Poco a poco te convertiste en fruto.
No te costó subir de las raíces
cantando con tu sílaba de savia.

Y aquí estarás primero en flor fragante
en la estatua de un beso convertida,
hasta que sol y tierra, sangre y cielo,
te otorgen la delicia y la dulzura.

En la rama verá tu cabellera,
tu signo madurando en el follaje,
acercando las hojas a mi sed,

y llenará mi boca tu substancia,
el beso que subió desde la tierra
con tu sangre de fruta enamorada.

Pablo Neruda

EL REFRANERO EN LOS ANDALUCES

Más vale ser arriero que borrico.

Puntada larga y apretón, que para el Baratillo son.

Por oir misa y dar cebada, no se pierde la jornada.

Más vale ser ruín que arruinarse.

Mucho de hogar, y poco de callejear.

Más vale el ruego de un amigo que el hierro de un enemigo.

Quien siembra perejil en mayo, tiene para dos años.

En febrero, el cochino en aguaero y el buey en cucaero.

En esta vida caduca, el que no trabaja no manduca.

Si quieres ser de bronce, bebe vino a las once.

Ni tan dentro de horno que te quemes, ni tan fuera que te hieles.

Al que le pica el culo, jureles por la mañana.

Nunca compres mula coja pensando que sanará.

Cada hijo de vecino tiene sus hechos por padrino.

El necio es atrevido y el sabio, comedido.