domingo, 29 de noviembre de 2009

El ‘duende’ aspira a visar su pasaporte universal


FLAMENCO CULTURAS 31


Los artistas cordobeses destacan la expansión actual del flamenco por todo el mundo como arma para conseguir ser Patrimonio de la Humanidad

Olga Pérez Barbero

o.perez@lacalledecordoba.com


Porque es una música caliente, del corazón, capaz de recorrer todo el mundo”. “Por su gran poder de comunicación y capacidad para apasionar más allá del pueblo donde nace”. Porque simplemente “no hacen falta motivos, el flamenco se defiende por sí solo”. Esta correlación de razones de artistas cordobeses como Fosforito, Inmaculada Aguilar o Paco Serrano, bien podría encabezar el listado de motivos por los que este arte universal consiguiera, a la segunda, su ansiada consideración como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad que concede la UNESCO.

Andalucía ya probó suerte en 2005, pero la candidatura fue descartada, según se dijo, porque había otras manifestaciones menos vivas y en vías de extinción -como el tango- que necesitaban ser protegidas. Ahora, además de la complicidad de las comunidades de Extremadura y Murcia, la candidatura andaluza cuenta con el espaldarazo del Ministerio de Cultura (brindado esta semana), lo que para muchos acerca la consecución de este título, algo que no se conocerá hasta 2010.


Algo más que un título

Pero apoyos y protección aparte, ¿por qué es tan deseada esta consideración? ¿qué puede traer de bueno y nuevo a este arte sumarse a las 90 obras que en todo el mundo ostentan el título? La bailaora y profesora del Conservatorio de Danza Luis del Río de Córdoba, Inmaculada Aguilar lo tiene muy claro: “De alguna forma es reconocer algo pendiente y darle la categoría de arte con mayúsculas”.

Y es que, como explica Aguilar, aunque el flamenco se ha convertido en algo universal con fuerte presencia en países con una cultura tan distinta a la andaluza como Japón, necesita que se le reconozca oficialmente ese carácter. Algo que ayudaría más a la concepción de los espectáculos, la publicidad o el conocimiento por parte del gran público, “y a obtener un sitio de privilegio que día a día tanto trabajo nos cuesta ganar”.

En este sentido, el célebre cantaor Antonio Fernández ‘Fosforito’ -quien asistió al acto de apoyo de la candidatura- asegura que “aunque habría que plantearse si el flamenco necesita esta consideración, porque ya es mundialmente conocido”, no está mal que una entidad como la UNESCO ratifique su universalidad y le conceda un marchamo de calidad, “porque ya no es considerado como algo de borrachones en tabernas con cuatro copas. No creo que el título le vaya a dar nada nuevo, más allá de ese marchamo, pero tampoco le va a quitar, y todo le que se haga por él está bien, porque siempre ha adolecido de reconocimientos”.

A pesar de considerar muy positiva esta candidatura, el guitarrista y profesor del Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco de Córdoba, Paco Serrano, asegura desconfiar de lo que se desarrolla “por la vía política, que me queda ajeno como artista”. Con esto, Serrano se refiere a que no sabe cómo el título va a beneficiar a quienes día a día están trabajando por mantener este arte vivo. “Se corre el riesgo de que se quede como un mero titular, si bien aunque sólo sea así vendrá a reforzar este arte. Pero las buenas ideas, luego, también hay que saber plasmarlas”, sentencia.


Aulas más flamencas

Precisamente, uno de los ámbitos de los que más podrían beneficiarse el flamenco, con esta designación, según Serrano, es el las aulas. Según explica, la LOGSE ya recogía la necesidad de que se considerara esta expresión como elemento transversal de la Educación Primaria y Secundaria y también propició que conservatorios como el Superior de Córdoba impartan la especialidad de Flamencología o de guitarra flamenca.

Puesto que el camino es largo hasta que, como dice Fosforito, en los colegios se pueda estudiar una Historia del Flamenco, “porque ha ido paralela a la historia de nuestras vidas”, todos consideran que la designación como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad contribuirá a su difusión desde el punto de vista didáctico. A ver si ahora hay suerte.


Los patios reivindican ser patrimonio

El flamenco no será la única manifestación española que los miembros de la Comisión de Objetos Culturales y del Patrimonio Inmaterial de la Unesco tendrán que analizar en 2010 para decretar cuáles pasarán a engrosar la lista de obra Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Los patios de Córdoba también aspiran a obtener esta consideración, a la que se suman otras manifestaciones como el canto medieval mallorquín de la Sibil.la o los castells humanos de Cataluña. Actualmente, en la lista de 166 obras que tienen esta consideración en todo el mundo, sólo cuatro son españolas: el silbo Gomero, los Tribunales de regantes del Mediterráneo Español; el Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia y el Tribunal de las Aguas de la Huerta de Valencia; el Misterio de Elche y La Patum de Berga.

La declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad pretende salvaguardar aquellas expresiones orales e inmateriales de fuerte calado cultural, que son representativas de la identidad de un pueblo, para evitar que desaparezcan.

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