martes, 14 de abril de 2009

Hoy he escrito mi último poema,
Sus palabras sin sonido
Han caído abandonadas
En el claroscuro de un portal
Yermo de vida,
Y han volado
Entre vortices de viento
Hasta el final de un pasillo desierto de vida
Y han escapado
Hasta el metálico gris de un mar embravecido
De furiosas olas de voces sangrientas.
Hoy he escrito mi último poema
Y he callado
Mientras sus palabras escapaban
Atormentadas de entre mis dedos
Hasta el fondo incierto de la noche
En la que habito,
Y he sentido
El dolor del silencio
Acunar mi corazón
Al tiempo que una triste letanía
Escapaba de labios atormentados
Mientras el sonido reverberante
De milenarias campanas
Recorren los caminos.
Hoy he escrito mi último poema
y he cerrado mis ojos cansados.



SIN TÍTULO IV

EL REFRANERO EN LOS ANDALUCES II





Cuando marzo vuelve el rabo, no queda oveja con pelleja, ni pastor enzamarrado.


El que con lobos anda, a aullar se enseña.

Tropezar y no caer, adelantar camino es.

El que más sabe, más ignora.

Carrera que no da el caballo, dentro del cuerpo la tiene.

Lo escrito, escrito queda, y las palabras el viento las lleva.

El que le echa pan al perro ajeno, pierde el pan y pierde el perro.

El dinero del mezquino anda dos veces el camino.

El que no quiera polvo, que no vaya a la era.

Con el pez, vino de Jerez; con la morcilla, vino de Montilla; y antes de comer, unas cañitas de Manzanilla.