jueves, 29 de octubre de 2009

EDUARDO SUBIRATS "LOS DÍAS QUE VENDRÁN"


UNA CRÍTICA DE LA UTOPÍA NEGATIVA

Recuerdo haber pasado, hace algunos años, en las calles de Berlín, junto a un muro en el que se había pintado con gruesos trazos: ¡Ya falta poco para 1984! En aquellos años tal frase se leía todavía como un oscuro presagio. Aquella ciudad -y Berlín es un sensible termómetro de lo que Europa piensa y siente- recien había atravesado el desencanto de la reconstrucción y la democracia de la postguerra, la efervescencia revolucionaria de los sesenta, y el declinar lento de aquella crítica hacia actitudes nostalgicas y pesimistas. ¡Ya falta poco para 1984! Significaba el tácito reconocimiento de una realidad que la entonces generación joven se había resistido a ver. En aquellos días, la explosión efímera de grupos radicales, que las circunstancias decantaron fácilmente hacia el terrorismo, daba fe de la desesperación de una crítica liberal de la cultura moderna. Fue precisamente el terrorismo alemán quien puso de manifiesto, indirectamente, los nuevos y futuristas medios de que disponía el poder social. Se revelaron técnicas de manipulación química, neurológica y psicológica en las cárceles, así como los medios de masivo, a la vez que selectivo control ciudadano a través de los modernos sistemas electrónicos. Por aquel entonces, la conciencia de los fenómenos destructivos para la naturaleza y la vida inherentes al progreso industrial comenzaba a difundirse socialmente, y con ella también la perspectiva -nítidamente formulada por intelectuales como R.Jungk- de un creciente desarrollo, suscitado por exigencias estrictamente tecnológicas, de formas sociales de control totalitario. La visión negativa del futuro se reforzaba todavía más ante la constatación de que el consenso, lo suficientemente fuerte como para constrarrestar un proceso objetivo de progresiva racionalización y no-libertad.
Quizá no sea excesivo recordar una conferencia célebre pronunciada en Berlín a finales de los sesenta bajo el título: "El fín de la Utopía". En ella se formuló hegelianamente el fin de la utopía como idéntico con su realización histórica, con arreglo a un principio que allí mismo habían formulado, cincuenta años antes, las vanguardias artísticas revolucionarias. Algunas veces se ha pensado que la imaginación crítica y la poesía revolucionaria de los años sesenta eran como una enorme pantalla en la que no sólo se proyectaban sueños milenaristas, sino que también se ocultaban los paisajes del futuro previsible. Y así parece ser, al menos, respecto de aquel topos del fin de la utopía. la utopía murió, pero más bien como fracaso del principio crítico que la alentaba. La imaginación parecía haber claudicado frente al desarrollo de una ciencia agresiva, de una tecnología destructiva y de formas totalitarias de dominación.
¡Ya falta poco para 1984! Expresaba este oscuro presentimiento. Por entonces se hablaba mucho del "modelo alemán" de progreso, de desarrollo, de bienestar y de no-libertad. El "modelo alemás" era concebido cono una utopía negativa del futuro en la que los signos de una vida aséptica y clínicamente controlada se intercambiaban con los de una naturaleza integralmente reducida por la tecnología bajo el principio de una racionalización total de la vida. Era la visión futura de una sociedad en que la vida y la muerte diluían su límites bajo los signos de un integral orden tecnológico. El rigor cartesiano del intelectualismo protestante, junto con la frialdad e indiferencias humanas subyacentes a los procesos de regulación técnica de los aspectos más íntimos de la existencia parecían garantizar un futuro histórico en el que totalitarismo y la coacción de la vida se cumplían y legitimaban bajo un principio funcional de eficacia y de racionalidad económica. Bajo el lema del "modelo alemán", en fin, se anunciaban aquellas virtudes filosóficas, éticas y tecnológicas que permitían pensar en una psicología política de la hibernación humana.





Sin embargo, aquella perspectiva acabó siendo rebasada. No, por cierto, a causa de que los términos de su conflicto hayan sido superados. Pero la historia no es tanto la progresiva superación de sus conflictos, cuanto el sucesivo desplazamiento de sus problemas por otros problemas más drásticos. A mi modo de ver, la crítica de un mundo integralmente racionalizado de aquellos años adolecía, lo mismo que la utopía concreta de los sesenta, de una y la misma ingenuidad, a saber: "pasaba por alto el hecho mismo del desarrollo tecnológico, por así decirlo, su inherente necesidad, inscrita tanto en los procesos objetivos de reproducció y autoconservación social y política, cuanto en la estructura de la subjetividad moderna, abocada a la conquista de la naturaleza y a las empresas futuras".
Con todo, es digna de ser recordada la diferencia de actitudes que a lo largo de poco más de una década se han sucedido en lo que respecta a las espectativas del futuro: la confianza trivial en una utopía de signo emancipador en los sesenta había desembocado en la superficial confianza en una crítica de la modernización tecnológica, sin mayor fundamento en ambas que el un rechazo moral.La perspectiva bajo la que hoy contemplamos el futuro parece distinta. La proximidad o el cumplimiento de las utopías negativas de un poder totalitario articulado con la racionalidad tecnológic ya no despierta tanto la exigencia interior de la crítica, sino que se contempla como un destino cumplido. Su signo no es la protesta, sino el espanto. Aquella frase de los muros de Berlín,¡Ya falta poco para 1984!, ya no tendría hoy tanto el carácter de una crítica, cuando la expresión del pánico, quizá de las desesperación. De lo que se trata hoy parece ser de la simple visión negativa del futuro como un reino en el que la racionalización tecnológica de la vida se identifica con la no-libertad, la destrucción o el siniestro.
Quiza pueda decirse que en la historia de Occidente la figura de un pesimismo artístico y filosófico que contempla fríamente la identidad de la empresa civilizatoria con el horror, la destrucción y lo siniestro no es nueva. En el Renacimiento, la obra de Bruegel y, particularmente, su Torre de Babel constituyen un exponente definitivo y radical de esta visión desesperanzadora: la misma arquitectura genérica que representa el progreso de la civilización se presenta ante nosotros como una ruina y un mundo absurdo en el que las ambigüedades y conflictos destruyen la humanidad, más no las relaciones de dominio, centralmente descritas por el pintor. El otro gran ejemplo en la cultura europea es Piranesi, cuyas Carceri muestran ambivalentemente el intercambio de signos entre la racionalidad clasicista de la arquitectura y del espíritu de las luces, y la atmósfera oprimente, irracional y angustiante que genera su impecable rigor. El orden racional del espacio se convierte en sus visiones arquitectónicas en principio de desorden, de lo caótico, al igual que la construcción de la civilización en Bruegel es descrita como la destrucción de la humanidad por sí misma. Esta identificación de lo oprimente, lo siniestro y lo angustiante es propia y central, sin embargo, en una obra literaria como la de 1984 de Orwell y, después de ella, la gran mayoría de las utopías negativas del futuro que hemos podido ver en el cine, en la pintura o en la literatura.



La constelación semejante de un pesimismo histórico la encontramos de nuevo en múltiples manifestaciones artísticas de nuestro tiempo: un drama expresionista como GAS de Georg Kaiser, una película como METROPOLIS de Fritz Lang, un programa arquitectónico como el de Hugh Ferriss, en su THE METROPOLIS OF TOMORROW, la pintura de Georg Grosz y de la NEUE SACHLICHKEIT o una obra literaria como 1984 de George Orwell. En todos ellos se identifican aquellos signos portadores del futuro histórico o más propiamente del progreso industrial o tecnológico, con la deshumanización, la destrucción y el terror. En todos ellos se identifican los valores seculares del progreso, con lo de una concepción igualmente secularizada de un infierno histórico.
Y, sin embargo, debemos plantearnos la pregunta por el sentido específico que esta visión negativa del presente y el futuro históricos puede adquirir para nosotros. Tal sentido debe de desprenderse del lugar que semejantes concepciones de la cultura y su porvenir ocupan en el conjunto del pensamiento moderno. Este lugar no es, por lo pronto, y desde un punto de vista formal, la literatura o el arte en un sentido estricto, es decir, estético, como tampoco lo es la filosofía, la sociología o cualquier otra forma de pensamiento crítico y científicamente fundado, sino que pertenece al marco de la profecía, de lo visionario o de la utopía como su figura secularizada y moderna. El lugar de las visiones de Orwell, por ejemplo, es el que,en otros contextos culturales, por ejemplo, en el pensamiento socialista del S. XIX o en los pensadores sociales del S. XVIII, ocupaba la utopía. Frente a la utopía de signo liberal o libertario del S. XVIII, frente a las utopías del progreso creadas y difundidas por los socialismos del XIX e incluso frente a las utopías de un mundo cultural racionalizado y armónico de las vanguardias artísticas de comienzos del siglo presente, nuestra edad ha creado esta figura de una utopía negativa del futuro.
Eso quiere decir que el hombre moderno de nuestros días, o más bien el ciudadano de las metrópolis industriales, vive con la imagen de un futuro peor, así como el hombre del siglo XIX soñaba en un progreso material y moral de la humanidad. Las visiones de humillación y destrucción se han vuelto cotidianas en nuestros días, y nuestra sensibilidad y nuestra inteligencia ya han sido adaptadas e inmunizadas gracias a los medios de masas a los posibles efectos de una catástrofe, de la vida degradada bajo un universo plenamente racionalizado o simplemente a la política psicológica de la hibernación.
Con ello, o mejor dicho, a través de la unilateralidad que este cotidiano espectáculo nos brinda en nuestro mundo actual, nos acercamos un paso más a aquella pregunta por el sentido posible de la utopía negativa. En efecto, que lo siniestro sea presentado en un terreno cercano al orden de la razón -otrora sublime-, o bien, que la angustia sea vivenciada en las proximidades de aquel reino virtual, el de la proyección hacia el futuro, en el que la filosofía moderna de la historia vislumbraba todo el ser y toda la libertad, supone un cambio radical en la concepción general de nuestras vidads, de la sociedad, de la cultura y la historia.
Esta nueva constelación puede contemplarse desde dos perspectivas relacionadas entre sí, pero claramente distintas. La visión de un futuro social coactivo, siniestro, la proyección del terror y la angustia en le futuro histórico, pueden cumplir la misión de un sucedáneo del progreso, del principio trascendente de esperanza y de viejos ídolos. De hecho, la función catártica de la angustia tal cual es presentada y vehiculada por los medios de masa no se encuentra lejos de una función ritual, identificatoria e integradora semejante. Así como los sesenta consumían en el sentido más estrictamente económico utopías eróticas del futuro, los años ochenta consumen utopías necrófilas. Hay en ello un momento que no dudaría llamas existencialista. Se trata de aquella dialéctica de radicalismo moral y resignación histórica que los pioneros del existencialismo, como SEIN UND ZEIT de Heidegger, elevaron a sistema conceptual. La música popular moderna, por mencionar un ejemplo cotidiano de los medios de comunicación, anticipa no sólo la fealdad de la civilización industrial, el horror al vacío cósmico, la disonancia estética de un mundo plenamente tecnológico, sino, precisamente el caos, la catástrofe, la muerte. En las formas de la moda más joven pueden sugerirse igualmente la evolución anticipatoria de los signos de la violencia, la angustia, y el culto del terror y la muerte, tachonadas con OBJETS TROUVÉES en los que los símbolos del feminismo, del anarquismo, de los movimientos de resistencia, del terrorismo, pero también del militarismo, de los cultos fascistas del heroísmo y el valor agresivo, junto con piezas mecánicas o signos variados de la destrucción se amalgama confusamente bajo una común expresión negativa, radical y provocativa, al tiempo que resignada.
En estos gestos y en estas formas, lo mismo que en la fascinación estética que hoy suscitan y capitalizan las imágenes colectivas de la destrucción y la crueldad, ode un futuro tenebroso, habitan un momento de rechazo moral, de verdad y de crítica. Y, sin embargo, el horizonte de estas expresiones, y de la utopía negativa en general, no deja de ser el triunfo de la muerte, la glorificación de la destrucción y el nihilismo. El límite entre la protesta y la asunción de la realidad mala es en ello tan tenue como una brisa. Tal momento lo expresa la novela de Orwell en una sentencia que, a mi modo de ver, atraviesa el relato como una obsesión: "DEBÉIS ACOSTUMBRAROS A VIVIR SIN ESPERANZA". De ahí que deba considerarse la proximidad filosófica de esta actitud hoy generalizada con el existencialismo -de acuerdo con su versión pionera en SEIN UND ZEIT de Heidegger o en su visión vulgarizada por un pensador mediocre como Ciorán-, el cual, precisamente, junto a una moral de la autenticidad y de la resistencia, proclamaba, a final de cuentas, la prioridad de la nada sobre el ser, de la muerte sobre la vida, y de la destrucción y la guerra como dimensión heroica y trascendente.
La crítica del progreso puede asumir, sin embargo, un sentido destinto a la mirada paralizada por la visión terrorífica de la Gorgona. Quiero definir esta segunda posibilidad en los términos de un límite que atañe a la objetividad histórica, al progreso material de la sociedad, y al mismo tiempo a la estructura de la conciencia que los condiciona; un límite a la vez subjetivo y social, capaz de suscitar como tal una nueva figura de la reflexión.
Para analizar esta segunda posibilidad es preciso subrayar una circunstancia: la figura de una utopía negativa del futuro de la civilización tecnológica como se da en 1984 de Orwell es históricamente contemporánez de las utopías positivas y concretas de una civilización tecnológica o tecnocrática integralmente racionalizada, como las que plantearon las vanguardias históricas en un intento de aunar un ideal artístico con el poder. En los escritos programáticos de Mondrian, Le Corbusier, Hilbersheimer, Ferriss, Malewitch o Marinetti el nuevo orden social totalmente subsumido a un principio de racionalización instrumental era anunciado como el nuevo y verdadero reino de la libertad y la armonía humanas. Le Corbusier o Hilbersheimer, en su definición de la arquitectura como un monumental sistema de integración social a las exigencias de la industrialización, definían incluso su utopía de una completa mecanización de la vida como núcleo de un nuevo humanismo.
Esta simple yuxtaposicón pone de relieve precisamente el carácter relativo de la utopía negativa moderna tal como, desde el expresionismo hasta nuestros días, ha sido desarrollado en el pensamiento artístico y literario. En otras palabras, muestras su dependencia con respecto a esa otra referencia que es el ideal de un universo cultural completamente tecnocratizado. Al mismo tiempo, la visión ampia de estos dos aspecto permanentes a lo largo de la cultura moderna revela también la unilateralidad de las utopías recionalistas que particularmente ha patrocinado la arquitectura a través de su directa vinculación con las formas de dominio total.
He señalado dos perspectivas y dos sentidos bajo los que contemplar la utopía negativa en el mundo de hoy. En ambos se partía de un mismo núcleo o de una misma experiencia: la angustia del hombre moderno frente al futuro histórico. En un caso nos habíamos encontrado con una forma última y radical de negatividad, con una concepción nihilista de la vida, con una reivindicación inapelable de la angustia como valor último de la historia. Bajo la segunda actitud el acento reside, en cambio, en la reflexión.


Allí donde las imágenes de una civilización dominada por su propio proyecto civilizador es contrastada con las utopías de un dominio racional absoluto, allí también aquella angustia pierde su consistencia ontológica para convertirse en una experiencia histórica y, a la postre, crítica. Más aún: bajo esta última óptica la angustia se convierte, como en otro contexto lo ha formulado María Zambrano, en el medio de una reflexión radical sobre aquellas figuras del conocimiento y sobre aquellos procesos lógicos o racionales en los que se fundamenta nuestra civilización. La angustia, como experiencia individual y como categoría filosófica, asquiere así una dimensión crítica precisamente porque plantea la pregunta por el final del proceso de racionalización instrumental y, con ella, por una reformulación de la cultura.
Sin embargo, si la utopía negativa como forma artística de elaboración de la angustia del hombre moderno ante el futuro suscita como una posibilidad esta dimensión reflexiva, al mismo tiempo la cierra en su unilateralidad, en su dimensión negativa y sin tensiones, en su representación de una realidad mala en la que no habita la aspiración a otra realidad mejor. El mundo de Orwell en 1984 se ha convertido para nosotros en una representación clásica de esta unilateralidad. Se contempla la evolución de la realidad bajo las tendencias totalitarias inscritas en la objetividad misma de los descubrimientos tecnológicos y su creciente dominio, así como en la tradición de doctrinas morales y políticas autoritarias, y concepciones despóticas de la dominación. La utopía negativa asume una visión de la historia que es más bien las máquinas ideológicas y las maquinarias del terror, o biens las máquinas instrumentales de la reproducción tecnológica de la civilización. Su unilateralidd, en definitiva, reside en no contemplar el futuro como una dimensión propia de los seres humanos. Y el futuro histórico pertenece siempre al hombre, incluso allí donde es dominado hasta el anonadamiento de su existencia por los instrumentos de su propia invención.
Defender esta dimensión afirmativa y, pese a todo, optimista frente a la historia y el progreso no quiere decir que la conciencia moderna deba ocultarse en modo alguno las efectivas potencialidades, ideológicas tanto como tecnológicas, que el presente alberga en el sentido de un control totalitario sobre la vida humana y de formas de destrucción de la vida. Pero significa, al mismo tiempo, ir más allá de esta visión negativa o desesperanzada, y no detenerse jamás en el consuelo de una mirada nostálgica o una resistencia romántica.
Un sector importante de la conciencia intelectual de nuestros días ampara su actitud moralmente crítica y objetivamente inoperante en el rechazo nostálgico del progreso científico-técnico y los fenómenos de racionalización de la existencia que lleva consigo. Esta posición ética y política, surgida como reacción contra el culto de la racionalización y el desarrollo tecnológico como un factor objetivo y automáticamente emancipador, divulgado tenaz y retóricamente por el marxismo a lo ancho de los países subdesarrollados, encuentra hoy precisamente su más espectacular legitimación en los escenarios políticos de las catástrofes ecológicas, en la angustia políticamente manipulada ante una guerra nuclear o el simple miedo al futuro. El camino hacia el futuro está, sin embargo, en otra parte.
Quizá una simple anécdota, un ejemplo por lo demás trivial, sirva elocuentemente en el sentido de indicar este paso hacia delante ya hacia una crítica afirmativa de la civilización tardomoderna. Es un hecho notorio, y para muchos sorprendente, que hoy los niños manipulan como instrumento de juegos lo que ayer era rechazado como objeto de miedo. La habitual consideración sobre la obviedad de los cambios entre generaciones oculta sin duda el aspecto renovador de este detalle pequeño. El contraste que a él subyace reside, a mi parecer, en la diferencia entre la violencia del ataque contra las formas más desarrolladas de la tecnología en la generación de los años sesenta, y su nueva, pero sonriente ulilización técnica. Es preciso subrayar, una vez más, que aceptar esta dimensión del progreso no tiene por qué significar necesariamente el abandono de la crítica y de la resistencia contra los momentos destructivos o coactivos inherentes a la tecnología moderna. Sin embargo, y por seguir en quel ejemplo, que millones de aparatos verdaderamente inefables brinden sofisticadas tecnologías a los niños quiere decir que estos instrumentos se convierten en objetos a la escala de su fantasía.
habíamos partido de la negatividad inherente a los fenómenos de racionalización tecnológica de la vida. Tal era el problema central desarrollado por las utopías negativas bajo el signo de la angustia. Esta angustia, sentida hoy de manera general, y utilizada también de manera generalizada como modelo de manipulación política, ponía en cuestión el todo de la civilización, planteaba una reforma de la cultura porque exigía cuentas a la historia, al progreso y su sentido humano, y definía, en definitiva, el final del proceso de racionalización de la cultura comenzado en el Renacimiento y la Ilustración. Pero la anécdota del niño entregado a la fascinación del juego con la máquina añade a este límite el aspecto positivo de una alternativa. Su fantasía supera la unilateralidad del universo negativo de un miedo sin fisuras, pues por ella se reintroduce en la misma realidad tecnológica de nuestra civilización una dimensión metafórica y comunicativa ligada a la naturaleza, a la historia, a lo mítico o al mismo sentimiento de lo sagrado. Una nueva poesía se genera con ello al lado de un control técnico más perfeccionado de la naturaleza y del hombre. Y esa poesía es constructiva y contempla el futuro con esperanza incluso o precisamente allí donde, al mismo tiempo, no se oculta sino que afronta los peligros que entraña el progreso.



Fuente: ORWELL: 1984. Reflexiones desde 1984 (Selecciones Austral - Espasa Calpe-UNED)

miércoles, 21 de octubre de 2009

EL REFRANERO EN LOS ANDALUCES

Calor de marzo temprano, para el campo muy sano.

Saber y saberlo demostrar, es saberlo dos veces.

No tiene juicio quien deja el propio por ajeno oficio.

Para ennoblecer, engordar y saber, tiempo es menester.

No hay cosa más cara que la que se compra con ruegos.

Si hay faja en el Guadiana, agua habrá por la mañana.

Sigue a la sana razón, más que a la buena opinión.

Compra en la plaza y vende en tu casa.

En vino ni en moro no eches tu tesoro.

En casa del jabonero el que no cae, resbala.

La herida más grave es aquella cuyo autor no se sabe.

Vida sin amigos, muerte sin testigos.

Año que da muchas brevas suele dar muy poco trigo.

Quien adelante no mira, nunca puede tener buen fin.

El pudor es un esmalte que prueba y da resalte.

Las miguitas del zurrón por las tardes buenas son.

lunes, 19 de octubre de 2009

FRASES octubre

Creer que un enemigo débil no puede dañarnos, es creer que una chispa no puede causar un incendio.

El que tiene costumbre y gusto de engañar a otro, no se debe quejar cuando es engañado
Miguel de Cervantes

El sólo ingenio no puede formar un escritor. Debe haber un hombre detrás del libro.
Ralph Waldo Emerson

Dando Libertad a los esclavos, la aseguramos a los libres.
Abraham Lincoln

Los hombres mortales y los dioses inmortales no mataron nunca a la esperanza.
Gabriel d´Annuncio

Lo que llamamos el espíritu de los tiempos, no es más que el espíritu del que los examina.
Paul Leroy

Quien espera gratitud inmediata por sus servicios reales y posibles no merece llamarse hombre de Estado.
Antonio Cánovas del Castillo

Las frases prolijas en una composición breve son como ampias habitaciones en una casa minúscula.
William Shenstone

Se requiere mucho ingenio para no naufragar en la popularidad.
Remy de Gourmont

El hombre noble debe ser tardo en el hablar y rápido en el obrar.

La ingratitud es un mal sentimiento y un mal cálculo
Adolphe Thiers

Con la medida que midas serás medido.

El alma tiende siempre a juzgar de los otros por lo que piensa de sí misma.
Giacomo Leopardi

El hombre justo no es el que no comete ninguna injusticia, sino el que pudiendo puede ser injusto.
Menandro

La juventud, aun cuando nadie la combata, halla en sí misma su propio enemigo.
William Shakespeare

Con la moral corregimos los errores de nuestros instintos y con el amor corregimos los errores de nuestra moral.
José Ortega y Gasset

jueves, 15 de octubre de 2009

SE ACTIVA EL PLAN "F"

LA VOZ DE LOS TONTITOS OPINIÓN 40

Independiente semanario de los tontitos de Córdoba

“Todo parecido con la realidad es pura coincidencia”



Exclusiva de la semana

Ocaña y Mariscal viajan a Cuba para firmar un convenio en el que, a cambio de las subvenciones municipales, se trasladará a 10.000 parados cordobeses a la isla

La voz de los tontitos

opinion@lacalledecordoba.com


Muerto o a punto de ‘morir’ el Plan E del Gobierno, en el Ayuntamiento de Córdoba se han puesto manos a la obra para tratar de evitar que los efectos del paro sean aún más devastadores antes de que acabe el año. Y es por este motivo que IU, a través del PCE, acaba de aprobar el llamado Plan F que comenzará a aplicarse de manera inmediata y que supondrá toda una revolución, nunca mejor dicho, en la gestión de competencias municipales en materia de empleo.

Según ha podido saber El Semanario, aprovechando las vacaciones de verano, el alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña viajó a Cuba acompañado del parlamentario andaluz, José Manuel Mariscal para cerrar un acuerdo con el mismísimo Fidel Castro que, por primera vez en meses, se quitó el chándal y se puso su tradicional traje de comandante en jefe del ejército cubano.

El objetivo del Plan F (en honor de Fidel Castro) no es otro que establecer un flujo de trabajadores de Córdoba a la isla para que desempeñen labores de arreglado de calles y jardines. Todo esto a cambio de las jugosas subvenciones, en honor a la ‘causa’ que el Consistorio cordobés ha estado realizando a diversas instituciones cubanas. Así, se espera que a lo largo de los próximos meses, se desplace a un ‘contingente’ de unos 10.000 trabajadores para que comiencen los trabajos y, de esta manera, bajar de manera drástica las alarmantes cifras del desempleo en la capital cordobesa.

En este sentido, las críticas por parte del PP han arreciado contra el alcalde de la ciudad que se ha limitado a manifestar que la visita forma parte de una actividad programada por su partido que se ha saldado con “un acuerdo inesperado y que beneficia a Córdoba”. Desde el PSOE se prefiere guardar silencio en espera de una aclaración y de que se garantice que aquellos trabajadores que van a partir a la isla tengan asegurado su regreso a España.



Fuente: 2000-2009 © Copyright El Semanario la Calle de CÓRDOBA

Un hogar para las mujeres que sí deciden ser madres

SOCIAL ACTUALIDAD 14

La casa Fuente de Vida de la Congregación de Adoratrices lleva 24 años ofreciendo a embarazadas que sufren exclusión social un medio para salir adelante con sus hijos y evitar así que aborten

Laura Pérez

l.perez@lacalledecordoba.com

El proyecto de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo ha dado un paso más tras su paso por el Consejo de Ministros para que una mujer pueda elegir libremente si quiere abortar hasta la semana 14 de gestación. Si bien, existe un lugar en Córdoba que trabaja desde hace 24 años para evitar que la exclusión social, la falta de apoyo familiar y de recursos para salir adelante o incluso la presión de otra persona, sea el motivo que empuje a una mujer a renunciar a ser madre.

El proyecto Fuente de Vida, propiedad de la Congregación de Adoratrices, es un hogar destinado a ofrecer a las mujeres gestantes que se encuentran desprotegidas y sin recursos propios para subsistir, un lugar en el que tener el apoyo necesario para llevar a fin su embarazo y conseguir los medios para salir adelante con sus hijos.

En la casa que las Adoratrices tienen en la ciudad conviven actualmente ocho mujeres, de las que cinco ya tienen a sus hijos y tres están embarazadas. Aunque la estancia media suele durar unos 18 meses, lo cierto es que hay muchas madres que llegan a permanecer en este proyecto hasta 20 meses, pues sólo una vez que ya han conseguido ser totalmente autosuficientes están obligadas a abandonarlo. De hecho, en lo que va de año, como explica la trabajadora social que convive con ellas, Sara Romero, han pasado por la casa 18 mujeres, aunque la media anual suele ser de unas 26.

La gran mayoría de ellas son inmigrantes procedentes de Bolivia y Rumanía, con graves problemas de exclusión y sin nadie en la ciudad que las pueda apoyar. Si bien, en este momento hay dos mujeres españolas viviendo en la casa y tres procedentes de África.

Eliminar los motivos que las podría empujar a abortar

El estado en el que las futuras madres llegan a la casa depende mucho del motivo que las haya llevado a pedir ayuda. De hecho, Sara Romero explica que muchas de ellas llegan presionadas por alguien que las quiere convencer de que aborte, “normalmente su pareja o algún familiar”, otras lo hacen porque no tienen otro sitio dónde ir, son víctimas de violencia de género, proceden de la mayor exclusión social y familiar o carecen de cualquier tipo de recurso para atender a sus hijos una vez nazcan.

Estos vacíos en la vida de las mujeres son los que en muchos casos las llevan a tomar la decisión de renunciar a sus hijos y en este caso, explica Sara, “tratamos de eliminarlos para facilitarles que puedan elegir libremente y sin presiones el seguir adelante con su maternidad”.

Por lo general, cuando una futura madre llega a la casa aún le faltan algunos meses para dar a luz. Desde el primer momento las Adoratrices le proporcionan atención médica, alojamiento, comida y talleres de formación que les puedan abrir las puertas de cara a conseguir un empleo una vez tengan a sus hijos.

La convivencia en la casa Fuente de Vida es lo más parecido a una familia. Cada una de las madres tiene asignadas sus tareas domésticas, pero sólo las que han dado a luz y superado la cuarentena trabajan fuera. Durante el tiempo en que la mujer está embarazada tiene el apoyo de un voluntario que le hace de acompañante cuando tiene que ir al médico y hasta el momento en que se ponga de parto y tenga que acudir al hospital. Una vez que nace el niño, madre e hijo tienen su propia habitación individual y comparten el resto de dependencias de la casa con las mujeres y sus hijos. Cuando los pequeños cumplen los cuatro meses, la trabajadora social se encarga de buscarles una guardería para que así sus madres, puedan buscar trabajo o hacer algún curso de formación para ello. La finalidad de toda la acogida y atención integral que reciben las mujeres, como explica Sara Romero, es que ellas puedan ser autosuficientes de forma que puedan reinsertarse en la sociedad.


Primer paso hacia independencia

Por ello, sólo cuando las madres han encontrado un trabajo con cierta estabilidad y que les suponga un sueldo de unos 600 euros al mes, éstas y sus hijos pasan a vivir en un piso que la Congregación de Adoratrices tiene anexo a la casa Fuente de Vida, donde hay capacidad para cinco mujeres y sus niños y en el que suelen permanecer una media de un año. Durante este periodo, y aunque las familias siguen vinculadas al proyecto Fuente de Vida, madres e hijos ya han iniciado su paso hacia su futura independencia y por ello, empiezan a ser autosuficientes.

El éxito que el proyecto Fuente de Vida ha supuesto para las más de veinte mujeres que anualmente pasan por él de media, demuestra que, como asegura Sara Romero, los motivos que un día las llevaron a pensar en interrumpir su embarazo eran totalmente ajenos a ellas y sólo necesitaron que alguien llenara sus carencias para tener la firmeza de luchar por lo que hoy tienen, sus hijos.


PUNTO DE ATENCIÓN

El foco de la prostitución

Uno de los principales focos desde el que llegan hasta la casa de las Adoratrices futuras madres con presiones para que renuncien a sus hijos es la prostitución. Por este motivo, el proyecto Fuente de Vida de la Congregación de Adoratrices está participando de forma activa en la Mesa Permanente de la Prostitución, constituída el pasado mes de mayo y en la que también están presentes el Defensor de la Ciudadanía, ACCEM, Pro Derechos Humanos de Andalucía, Cruz Roja, Hiedra, Resurgir, Mujeres en Zona de Conflicto y Córdoba Acoge. Esta iniciativa, explica la trabajadora social, Sara Romero, pretende entre otras intenciones denunciar la trata de personas que se da en los club y en particular, ofrecer una salida a las mujeres que se han quedado embarazadas ejerciendo la prostitución y han decidido seguir adelante.


Fuente: 2000-2009 © Copyright El Semanario la Calle de CÓRDOBA

Empleo congelará los fondos para formar a desempleados

ECONOMÍA ACTUALIDAD 15

La Junta no baraja incrementar la partida para políticas activas de empleo, que ascendió en 2009 a 28,3 millones de euros en Córdoba, pese a que “la demanda cuadruplica las plazas de cursos con que contamos,” advierte UGT

Antonio Higuera

a.higuera@lacalledecordoba.com

Aún no hay datos oficiales, pero todo apunta a que la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía no va a incrementar las partidas destinadas a financiar las políticas activas de empleo para formar a desempleados y trabajadores andaluces, unas acciones cuya competencia está en manos del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) desde que le fueron transferidas por el Estado en 2003.

En el caso de la provincia de Córdoba, donde la Delegación provincial de Empleo ultima los ajustes del presupuesto que sustentará el catálogo formativo de este año, las primeras previsiones van encaminadas a congelar los fondos destinados a políticas activas de empleo. “Este año se van a aprobar para Córdoba cursos por valor de más de 20 millones de euros. El volumen será similar al de años anteriores”, apuntan fuentes de la Administración autonómica, desde donde se estima que “se van a beneficiar más o menos el mismo número de alumnos que el pasado año”.

El asunto no es baladí ya que el número de parados continúa aumentando a razón de más de mil al mes en la provincia y las estimaciones de los organismos e instituciones más solventes son que este incremento continúe su recorrido hasta bien entrado el año que viene. Con todo, a tenor de la línea de trabajo que sigue la Consejería de Empleo, parece evidente que la Junta de Andalucía va a continuar la estela de sus compañeros socialistas en el Gobierno central, que han presentado un proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2010 con un recorte de las políticas activas de empleo que oscila en torno al 7,3 por ciento en el programa de cursos para desempleados y alrededor del 6,7 por ciento en el capítulo de formación continua para trabajadores con empleo.

Óferta escasa de cursos

Sindicatos y empresarios coinciden en la necesidad de potenciar este tipo de acciones, sobre todo ahora que hay registrados casi 75.000 parados en la provincia, es decir, 13.726 personas más que hace un año.

En estos momentos, son muchos los desempleados que no encuentran cursos disponibles. Y es que solo hay que echar un vistazo a la web de la Consejería de Empleo (www.juntadeandalucia.es/empleo) para comprobar la reducida oferta formativa a la que actualmente pueden acceder los parados cordobeses.

En la semana del 5 al 11 de octubre, fecha de edición de este número, únicamente había seis cursos con plazo abierto de inscripción en toda la provincia, de los cuales cuatro está previsto que se desarrollen en la capital y dos en Bujalance y Montilla respectivamente.

Como se ha expuesto anteriormente, la Delegación provincial de Empleo calcula que este año podrán acceder a los cursos de Formación Profesional Ocupacional un número de alumnos similar al del año pasado. En 2008, que es cuando se estableció el presupuesto correspondiente a las acciones formativas que se han desarrollado durante 2009, la inversión total del SAE destinada a formación ascendió a 28,3 millones de euros -18,5 millones en la capital-, unos fondos con los que pudieron ponerse en marcha 826 cursos de Formación para el Empleo de los que se beneficiaron 10.497 personas -7.158 en la capital- de toda la provincia.

Cursos colapsados

Sin embargo, los sindicatos advierten del repunte que ha registrado la oferta de cursos formativos, sobre todo de aquellos destinados a desempleados. “El paro sigue creciendo y hace falta aumentar la oferta formativa porque, en estas circunstancias, todo lo que se haga es poco”, reconoce José Salmerón, responsable de Formación de UGT, quien advierte de que “las solicitudes totales que recibimos demandando formación ocupacional cuadruplican las plazas de cursos con las que contamos”.

Y es que son muchos los trabajadores que esperan ansiosos la apertura de la inscripción de los nuevos cursos para desempleados que deben desarrollarse durante este año. De hecho, la demanda ha aumentado tanto que en UGT reconocen que “estamos metiendo a desempleados en cursos de formación continua para trabajadores”, apunta Salmerón. (Datos UGT)

La misma tendencia se detecta en CECO, donde ofrecen cursos para trabajadores y desempleados y reconocen que “en los últimos años se ha venido produciendo una evolución al alza en la demanda”, sostiene Antonio Arroyo, director del Área Jurídico-Laboral de la confederación de empresarios, quien considera que esta tendencia “es fruto de la concienciación de desempleados y trabajadores del valor que tiene la formación”.

Dadas las características del tejido empresarial cordobés, “los cursos que más se demandan se focalizan en actividades del sector servicios y en el ámbito de la gestión empresarial”, apunta Arroyo, mientras que en UGT se han desarrollado 55 cursos de ramas como tan diversas como las nuevas tecnologías, la atención sociosanitaria o el transporte en los que han participado 825 alumnos.

Retrasos en la planificación

En cualquier caso, una de las razones que los agentes sociales aducen para justificar el desbordamiento y la escasez oferta formativa es el retraso que acumula la planificación de la nueva programación que prepara la Consejería de Empleo. De hecho, si bien lo habitual es que los nuevos cursos programados empiecen a desarrollarse a partir de septiembre, este año se prevé que puedan dilatarse al menos hasta diciembre.

En todo ello tiene mucho que ver la entrada en vigor del recién estrenado Decreto de Nueva Formación Profesional, que introduce una nueva organización de la Formación Profesional para el Empleo bajo la premisa de implantar un modelo en el que el abanico formativo esté adaptado a las demandas del mercado laboral.

Tras los cambios legislativos, los nuevos cursos siguen sin ponerse en marcha a la espera de que se libere definitivamente el presupuesto de la Consejería de Empleo para este año y de que “en breve la Junta de Andalucía promulgue la nueva normativa bajo la que se regirán las entidades que oferten formación”, recuerdan en CECO.

Lo que ocurre es que el constante repunte del paro y la creciente inestabilidad en el empleo está haciendo que la demanda de cursos, tanto para desempleados como para trabajadores no deje margen a más demoras. “El Plan de Formación para el Empleo de 2009 está cerrado y ahora lo que estamos esperando es la nueva oferta formativa que se va a poner en marcha el año que viene”, comenta el responsable de Formación de UGT, quien reconoce que “la nueva programación va con un poco de retraso y esperamos que a primeros de años se puedan ofertar los nuevos cursos”..

Desde la Delegación de Empleo, no confirman fechas para la aprobación de la nueva programación formativa, aunque confirman que se mantendrán los cursos que se ejecutaron el año pasado, entre los cuales destacan más de medio centenar con compromiso de contratación de los cuales se beneficiarán alrededor de 750 desempleados cordobes
es.

PUNTO DE ATENCIÓN

El Proteja genera 9.486 contratos

El balance del Plan Proteja (Programa de Transición al Empleo) de la Junta de Andalucía para el fomento del empleo ha superado las expectativas del Gobierno andaluz al lograr generar 9.486 contratos en lo que va de año, lo que supone un incremento del 39 por ciento sobre las previsiones iniciales. Según las previsiones que maneja la Consejería de Empleo, se alcanzarán los 20.300 empleos directos en toda la región cuando finalice el año.

El programa está dotado con 360 millones para obras que desarrollan los municipios, ademas de incluir un plan formativo para todos los desempleados que se acojan a esta iniciativa, que a diferencia del Fondo Estatal de Inversión Local, obliga a las empresas constructoras a presentar la oferta de empleo a través del SAE. Según los datos que maneja la Junta, actualmente hay 947 proyectos en ejecución, lo que supone un 46 por ciento del total de obras que se realizarán hasta junio de 2010.



Fuente: 2000-2009 © Copyright El Semanario la Calle de CÓRDOBA

BALADA DEL MAR NO VISTA, RITMADA EN VERSOS DIVERSOS

No he visto el mar.

Mis ojos
- vigías horadantes, fantásticas luciérnagas;
mis ojos avizores entre la noche; dueños
de la estrellada comba,
de los astrales mundos;
mis ojos errabundos
familiares del hórrido vértigo del abismo;
mis ojos acerados de viking, oteantes,
mis ojos vagabundos
no han visto el mar....

La cántiga ondulosa de su trémula curva
no ha mecido mis sueños,
ni oí de sus sirenas la erótica quejumbre,
ni aturdió mi retina con rútilo azogue
que rueda por su dorso...
Sus resonantes trombas,
sus silencios, yo nunca pude oír...!
su cóleras ciclópeas, sus quejas o sus himnos,
ni su mutismo impávido cuando argentos y oros
de los soles y lunas, como perennes lloros
diluyen sus riquezas por el glauco zafir...!

Ni aspiré su perfume!

Yo sé de los aromas
de amadas cabelleras...
Yo sé de los perfumes de los cuellos esbeltos
y frágiles y tibios,
de senos donde esconden sus hálitos las pomas
preferidas de Venus!
Yo aspiré las redomas
donde el Nirvana enciende sándalos simbólicos,
las zábilas y mirras del mago Zoroastro...
Más no aspiré las sales ni los lodos del mar!

Mis labios sitibundos
no en sus odres la sed
apagaron:
no en sus odres acerbos
mitigaron la ser...
Mis labios, locos, ebrios, ávidos, vagabundos,
labios cogitabundos
que amargaron los ayes y gestos iracundos
y que unos labios -vírgenes- captaron en tu red!

Hermano de la nubes
yo soy.
Hermano de las nubes,
de las errantes nubes, de las ilusas del espacio:
vagarosos navíos
que empujan acres soplos anónimos y fríos,
que impelen recios ímpetus voltarios y sombríos!
Viajero de las noches
yo soy.
Viajero de las noches embriagadoras; nauta
de sus golfos ilímites,
de sus golfos ilímites, delirantes, vacíos,
-vacíos de infinito..., vacíos...- Dócil nauta
yo soy,
y mis soñares derrotados navíos...
Derrotados navíos, rumbos ignotos, antros
de piratas... ¡el mar!...

Mis ojos vagabundos
-viajeros insaciados- conocen cielos, mundos,
conocen noches trágicas,
ensueños deliciosos,
sueños iracundos...
Saben de penas únicas,
de goces y de llantos,
de mitos y de ciencia,
del odio y la clemencia,
del dolor
y el amar...!

Mis ojos vagabundos,
mis ojos infecundos...:
no han visto el mar mis ojos,
no he visto el mar!


León de Greiff

miércoles, 14 de octubre de 2009

MI MUNDO ES PIRÁMIDE

Mitad del padre camarada
cuando imita al Adán que el mar sorbiera
en su casco vacío,
Mitad de la madre camarada
cuando salpica con su leche lasciva
la zambullida del mañana,
las sombras bifurcadas por el hueso del trueno
saltan hacia la sal que no ha nacido.

La mitad camarada era de hielo
cuando una primavera corrosiva
brotaba en la cosecha del glaciar.
la sombra y la simiente camarada
murmuraban el vaivén de la leche
encrespado en el pecho,
pues la mitad del amor era sembrada en el fantasma
estéril y perdido.

Las mitades dispersas se han vuelto camaradas
en un ente lisiado
la muleta que la médula golpea sobre el sueño
renguea en la calle del mar, entre la turba
de cabezas con lengua de marea y vejigas al fondo
y empala a los durmientes en la tumba salvaje
donde ríe el vampiro.

Las mitades zurcidas se partían huyendo
por el bosque de los cerdos salvajes y la baba en los árboles,
sorbiendo las tinieblas sobre el cianuro se abrazaban
y desataban víboras prendidas en su pelo;
las mitades que giran perforan como cuernos
al ángel arterial.

¿De qué color es la gloria? ¿La pluma de la muerte?
tiemblan esas mitades que taladran el ojo de la aguja en el aire
y a través del dedal horadan el espacio, manchado de pulgares.
El fantasma es un mudo que farfullaba entre la paja,
el fantasma que tramaba el saqueo en su vuelo
enceguece sus ojos rastreadores de nubes.

II
Mi mundo es pirámide. La sigilosa máscara
llora sobre el ocre desierto y el verano
agresivo de sal.
Con mi armadura egipcia fundiéndose en su sábana
araño la resina hasta un hueso estrellado
y un falso sol de sangre.

Mi mundo es un ciprés y un valle de Inglaterra
yo remiendo mi carne que retumbó en los patios
roja por la salva de Austria.
Oigo a través del tambor de los muertos, que mutilados jóvenes
mientras siembran sus vísceras desde un cerro de huesos
gritan Eloi a los cañones.

El cruce del Jordán arrasa mi sepulcro.
El casquete del Ártico y la hoya del sur
invaden mi jardín de casa muerta.
El que me busca lejos señalando en mi boca
las pajas de Asia me pierde cuando doblo
por el maíz atlántico.

Las mitades amigas, partidas mientras giran
en redes de mareas, se enredan a las valvas
y hacen crecer la barba del diablo no nacido,
sangran desde mi horquilla ardiente y huelen mis talones
las lenguas celestiales murmuran mientras yo me deslizo
atando la capucha de mi ángel.

¿Quién sopla la pluma de la muerte? ¿De qué gloria es el color?
en la vena yo soplo esta pluma lanuda
es el lomo la gloria en una laboriosa palidez.
Mi arcilla ignora el pecho y mi sal no ha nacido,
niño secreto, yo vago por el mar
en seco, sobre el muslo a medias derrotado.


DYLAN THOMAS

ESTE PAN QUE YO PARTO FUE ALGUNA VEZ AVENA...

Este pan que yo parto fue alguna vez avena,
este vino en un árbol extranjero
se zambulló en su fruta;
durante el día el hombre y por la noche el viento
segaron las cosechas, rompieron el gozo de la uva.

Alguna vez, en este vino, la sangre del verano
golpeteaba en la carne que vestía la viña,
un día en este pan
la avena al viento era alegría,
el hombre rompió el sol, abatió el viento.

Esta carne que partes, esta sangre a la que dejas
sembrar desolación entre las venas
fueron avena y uva
nacieron de la raíz sensual y de la savia;
mi vino que te bebes, el pan que me arrebatas.


DYLAN THOMAS