domingo, 16 de agosto de 2009

PARA TÍ DUEÑO DEL MUNDO

No llores mi amor,
desde hoy comerás en mi mano,
no llores,
yo extenderé para tí la red
que las arañas poco a poco
construyen para atrapar a sus victimas
y devorarlas;
Yo te daré mi mundo,
y en el soñaras los sueños
que dejaré guardados para tí cada noche
entre los pliegues de nuestras sabanas.
Yo te daré, la palabra
que cada mañana cuando despiertes
habrás de hablar,
y me sentiré satisfecho
sentado en mi sillón
mientras veo como despacito,
tu mente se hunde en el corto espacio
que existe entre la realidad y la locura.
No llores mi amor,
tus lágrimas no son lágrimas,
son sólo inútiles gotas de agua esparcida
entre las flores marchitas de tus días pasados,
yo mi amor,
cantaré para tí la canción de la oscuridad.
yo mi amor,
aliviaré tus dolores
con las mágicas pastillas
que guardo en mis bolsillos,
y derramaré sobre tu piel
el bálsamo que habrá de arrebatarte
la luz clara de la mañana.

No llores mi amor,
eres mía,
y el amor mata poco a poco,
apenas sin darte cuenta,
tus hijos serán mis hijos
y ellos asistirán a tu derrota,
sin dolor y sin sentimiento,
no sentirán la pena de la muerte
que abrazará tu cuerpo
sin apenas darte cuenta,
no llorarán tu ida
y tus palabras, las arrastrará el viento
hasta alguna polvorienta cuneta
de una carretera abandonada.

Eres mía,
y tus huesos formarán parte de mis huesos,
y tus ojos formarán parte de mis ojos,
y tus labios formarán parte de mis labios,
y tu sangre, esparcida entre mis dedos,
será mi sangre.

Eres mía,
y nunca serás de nadie,
eres mía,
y mis manos serán tus manos,
en el corto trayecto
que existe entre la vida y la muerte,
eres mía,
y habré de quererte
hasta que te mate.

Sin Título