Al final de la escalera,
una pared blanca,
inmaculado lienzo
vacío de historias,
lleno de sombras
borradas por el tiempo,
dedos atrapados
en un desierto inexistente,
imaginado quizás
en la mente alucinada
de un paseante ausente
que intenta escapar por el través
de una grieta temporal
hasta algún soñado paraíso
en el que dejar reposar sus huesos cansados,
rumor apenas atenuado de voces extinguidas
mientras el atardecer atrae hasta su seno,
las furtivas primeras miradas de la noche,
esa misma noche apelmazada,
atribulada,
cruel,
desapacible,
desdeñosa,
a veces optimista,
refugio de amante primerizos
envueltos en revueltas caricias
entre besos robados bajo la luz apagada
de una farola sin bombilla.
Al final de la escalera,
una blanca pared indefinida
atrapa entre sus resquicios
el lento caminar de los insectos
que señalan el camino invisible
donde descansar
más allá de un horizonte difuso.
Amado (abril 2023)
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