El pueblo, el pueblo, todos hablan del pueblo
en nombre del pueblo.
Pero, ¿dónde está el pueblo?¿Quién es el pueblo?
El pueblo es tú y yo, y ni tú ni yo, existe y no existe.
El mar del pueblo está compuesto
de innumerables gotas,
todas diferentes.
En el mar del pueblo caminan interminablemente
las olas sin meta.
Nadie puede hablar en nombre del pueblo
y el propio pueblo no habla jamás.
El pueblo no tiene boca porque tiene millones,
millones de bocas.
Nadie sabe qué es el pueblo, qué quiere el pueblo,
qué piensa, qué necesita.
Tú no eres del pueblo sólo porque no tengas nombre
y te creas igual a otros muchos.
Tú no estás más cerca del pueblo
porque nades en su mar.
Tampoco estás (aunque seas una solitaria gota
de agua en una piedra) separado del pueblo.
El pueblo está en todas partes, disperso
y amontonado, cuerdo y loco.
El pueblo es caritativo y cruel, desea tanto la vida
como la muerte.
El que con mayor grandiosidad habla del pueblo
quiere utilizarlo para sus propios fines.
El que se hunde en las profundidades del pueblo
quiere evitar sus propias responsabilidades.
El que se emborracha con el pueblo
convierte al pueblo en alcohol.
Para el que comercia en nombre del pueblo,
se convierte el pueblo en un mercado.
Para el que apela a la libre voluntad del pueblo,
es el pueblo ciego y mudo.
¡No te vistas con la cantidad, entonces vas
tan desnudo como el emperador!
¡No me hables del pueblo! Solamente existe
éste y éste y éste hasta el infinito.
Tú y yo y ni tú ni yo.
Artur Lundkvist