maltratador psicológico
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El acosador, por definición de la RAE, es una persona que acosa. El acoso se puede producir de forma física, psicológica, o mediante el uso de las tecnologías de la información, es decir, a través de Internet o del teléfono.
El acosador, por definición de la RAE, es una persona que acosa. El acoso se puede producir de forma física, psicológica, o mediante el uso de las tecnologías de la información, es decir, a través de Internet o del teléfono.
Maltrato psicológico: rasgos de un maltratador
Los
psicólogos o psiquiatras ponen en cuestión que el maltrato
psicológico sea la consecuencia de una enfermedad, sino más bien se
inclinan por una explicación que tiene que ver con un sistema
desigual. Es decir, un abuso de poder o de dominación que afecta a
la sociedad.
Un
maltratador suele comenzar acosando a la víctima, reduciendo su
libertad,
aislándola de su entorno (familia,
amigos, etc), socavando su autoestima, bloqueándola y minando su
percepción de seguridad, trasformándola poco a poco en dependiente.
“Se
enoja cuando salgo con mis amigas”,
“Me
dice que no me maquille demasiado”,
“No
le gusta que lleve una falda muy corta”,
“No
quiere que hable con mis compañeros de trabajo hombres”,
son las frases más frecuentes de aquellas mujeres que sufren del
maltrato psicológico por parte de sus parejas.
Reprender,
tratar como una niña, considerarla inútil o torpe, haciendo que
cambie su forma de ser o de vestir, son
también maneras de realizar maltrato psicológico.
El
maltratador suele abusar también de su poder, ya sea económico o
físico y
logra que la mujer se sienta culpable de su manera de hablar, de
pensar, de actuar, etc.
El
problema de la culpabilidad es muy frecuente en el maltrato
psicológico y también puede derivar en lo que se conoce como
“Síndrome
de Estocolmo”,
donde se evitan las situaciones que puedan generar conflictos o
confrontación para no pelear o hasta separarse.
El
ciclo del maltrato psicológico suele comenzar en la infancia del
mismo abusador en muchos casos, o en algún tipo de traumaque
le ha ocurrido durante sus primeros años de vida (hasta
la adolescencia).
Puede que el maltratador haya vivido en un ambiente de mucha
violencia física o verbal y haya tenido que padecer el miedo, el
abandono, la represalia, el control excesivo, los golpes, etc.
A
continuación, os indicamos las características principales de una
persona con claro perfil de abusador, maltratador o golpeador,
en la que el maltrato psicológico forma parte de su forma de
relacionarse.
Posesivo, dominante y exigente
Una
de las primeras acciones que un maltratador toma es querer alejar a
su pareja de la familia y de los amigos porque
cree que ésta es de su propiedad. ¿Cómo?
Hablando mal de ellos, incomodándolos en público, queriendo “meter
cizaña” en alguna discusión o problema, etc.
Esto
transforma la personalidad de la víctima, la priva del apoyo externo
y la vuelve dependiente. Con el uso de la violencia ejerce el
poder absoluto sobre los que hace, lo que piensa y lo que siente, aún
en lo más íntimo de su ser.
Egocéntrico
Para
una persona que ejerce el maltrato psicológico el mundo siempre
tiene que girar en torno a él, pero nunca lo reconoce. Se
hace lo que a él le gusta en todo momento (la película, el
restaurante, el lugar de vacaciones, las salidas) y si no, se enoja.
La
mujer es un simple “satélite” que tiene que moverse a su
alrededor, dependiendo de lo que el quiere. Todo debe estar bajo
sucontrol y
si ella desea disfrutar un poco de su independencia, mostrará sus
rasgos más violentos.
Mal temperamento
Berrinches
como los niños, pataletas, enfado, amenazas, mala cara, peleas,
etc. Todo
siempre está justificado por culpa del otro, no por razones
internas.
Dirá que tal actitud lo pone de mal
humor, que
tal respuesta es la causa de su enfado y una gran lista de etcéteras.
El
maltratador nunca considera que tiene la culpa. Culpabilizar a los
demás de todo lo que ocurre es otra de las características del
maltrato psicológico.
Ridiculizar o humillar públicamente
Estando
en una reunión familiar o una cena con amigos un maltratador
psicológico no tendrá problema en “mostrar” a los demás
los defectos de su pareja. “¿No les parece que está un poco
excedida de peso?”, “siempre se equivoca”, “no sabe hacer la
carne como a mí me gusta”, “es una desordenada”, etc.
Esto
lo hace para mantener a la mujer bajo control, insultando,
denigrando, hiriendo. Como consecuencia, se va destruyendo
laconfianza y
sólo se pensará en los errores.
Nunca
se alegrará por los progresos o éxitos y minimizará cualquier
logro. Los fallos personales saldrán a la luz antes que las
virtudes, para que tenga la sensación de que siempre está haciendo
todo mal.
Controlador-paranoico
El
maltrato psicológico hace que la persona que lo ejerce piense que
los demás se quieren aprovechar de él, de
su dinero, de su poder, de sus contactos, de su sabiduría, de su
experiencia, etc. Tiene una necesidad obsesiva de controlar a la
pareja todos los días, mediante preguntas destinadas a buscar
contradicciones.
El
maltratador vigila constantemente los movimientos de su víctima,
queriendo saber dónde está su novia o esposa, con quién se
encuentra, a qué hora regresa, qué hace y qué no, con quién
habla, por qué se retrasa unos minutos, etc. Considera a la
otra persona su posesión, su objeto, no una persona con vida propia.
Violento y agresivo
El
maltratador empieza poco a poco rompiendo platos hasta llegar a
muebles o vidrios, golpear las paredes, tirar
cosas al suelo o contra la persona, etc. Si se llega a este punto, es
preciso hacer la denuncia y huir inmediatamente de él, no darle más
oportunidades.
Parece
muy simple conseguir salir de una situación de maltrato psicológico
pero no lo es, ya que el maltratador mantiene “atada” a la
víctima de diferentes maneras, con una gran carga
psicológica. Sin embargo, si varios de estos puntos te
suenanfamiliares,
estás en un problema que debes solucionar antes de que sea demasiado
tarde.
Maltrato psicológico: los golpes invisibles duelen más
“El maltrato psicológico es el que destroza completamente a las personas. O el acoso, el sentirse vigilado, el sentirse no querido. Es también muy doloroso un silencio, una mirada fría, una mirada despectiva”
-María José Rodríguez de Armenta-
Muchas
son las personas que afirman que estos golpes invisibles duelen mucho
más que cualquier maltrato físico. Muchos
prefieren una paliza que varios años dedicados a superar los
problemas inculcados a causa del maltrato psicológico.
Tus palabras me hacen daño
El
maltrato psicológico implica palabras que hacen daño,
degradaciones, desprecio… Todo
esto, en principio puede ser muy sutil, para que la persona
maltratada no se dé cuenta y poco a poco vaya entrando en el juego
del maltratador.
Con
el maltrato psicológico se está buscando el poder de someter a esa
persona sin que esta sea consciente de ello. ¿Quieres
aprender a detectar a un maltrator psicológico? Ten en cuenta estas
características de un maltratador psicológico:
- Te insulta, te grita, te ridiculiza y te menosprecia haciéndote sentir que no vales nada, que tu vida en sí no vale nada. Lo hace de tal forma que te sientas incluso agradecida por estar con alguien que esté contigo a pesar de esto.
- Tiene celos excesivos y te controla todo el tiempo. Eres su posesión más preciada y al mismo tiempo la más despreciada, una incoherencia que te confunde, pero te somete.
- Te aísla de tus amigos y tu familia. Tiene el poder de controlar con quien quedas y cuándo alguien puede disponer de tu tiempo o no. Decidirá por ti, serás su marioneta. Ya no eres libre, sino alguien que está sometido a los deseos y caprichos de otro.
- Las constantes amenazas te hacen sentir un temor constante. Puede amenazar con abandonarte o con otras cosas que sepa son tu debilidad.
- La presión emocional y sexual que ejerce sobre ti hace que tengas sentimientos de culpa. Realmente, te hace sentir culpable de algo de lo que no eres culpable. En otros términos, le puede dar “la vuelta a la tortilla” a absolutamente todo.
Si
te has encontrado alguna vez con alguien que tenga alguna de estas
característica, probablemente hayas estado en contacto con una
persona que maltrata psicológicamente.
Aunque
es cierto que en alguna ocasión pueden utilizar la fuerza física si
ven que la presión psicológica no les está siendo suficiente, la
verdad es que no suele ser algo que realicen “a menudo”.
Las marcas y los moratones no se manifestarán en su piel, sino en su alma
-Walter Riso-
Quiero liberarme de tus golpes invisibles
La
verdad es que es difícil ayudar o que se deje ayudar una persona que
está siendo maltratada psicológicamente. Para
empezar, ella misma no sabrá si está en lo cierto, ni si se merece
protestar por ello. El maltrato es tal que le hará pensar que
es merecedora de tal situación, que no es buena persona y que se
merece todo lo que le hagan.
Aquí nos
encontramos con una autoestima totalmente destruida.
Una autoestima rota,
una vida sin sentido, rodeada de dolor, de miedo y de necesidad de
satisfacer a alguien que continuamente te hace daño. Aun cuando
alguien es consciente de que está siendo maltratado
psicológicamente, llega el momento de buscar ayuda y ¡sorpresa!
¿Dónde la encuentras?
El
maltrato psicológico es silencioso por algo, ¿cómo demuestras que
te están maltratando? Será
tu palabra contra la de tu maltratador y aún hay mucha gente
escéptica que creerá que son cosas tuyas o que te estás volviendo
loco.
También
puede ocurrir que aunque seas consciente de que te están haciendo
daño, tú desees seguir y proteger a esa persona que te está
dañando. ¡Cuántas personas maltratadas defienden a sus propios
maltratadores! A esto se le denomina “síndrome
de Estocolmo“.
“Pero a mí lo que me preocupa es el otro maltrato, el que no deja marcas en la piel”
Es
importante decir que esta situación aunque la sufran en proporción
más mujeres que hombres, es cierto que hay hombres que también
sufren de maltrato psicológico.
Lo
importante es saber identificarlo y si así lo desea la persona
maltratada ayudarle si permite ser ayudada. En ocasiones, por mucho
que hagamos no podemos hacer nada. El
desgaste mental es tal que el maltratador al final consigue su
verdadero objetivo.
Eso sí… invisible.
Es
importante decir que esta situación aunque la sufran en proporción
más mujeres que hombres, es cierto que hay hombres que también
sufren de maltrato psicológico.
Lo
importante es saber identificarlo y si así lo desea la persona
maltratada ayudarle si permite ser ayudada. En ocasiones, por mucho
que hagamos no podemos hacer nada. El
desgaste mental es tal que el maltratador al final consigue su
verdadero objetivo.
Eso sí… invisible.
La indefensión aprendida, cuando el maltrato se convierte en costumbre
Cuando
se habla de maltrato a la mujer, en muchas ocasiones la pregunta que
nos surge a todos es: ¿Por qué no escapó?
Nos
parece que la huída es fácil y fantaseamos con una escapada como la
de la conocida película protagonizada por Julia Robert
“Durmiendo
con su enemigo”,
en la que ella simulaba ser víctima de un preparado naufragio.
Sin
embargo, para una persona que está sometida a continuo castigo
mental y/o físico esta respuesta de huida no es tan fácil. Una de
las razones es el fenómeno que el psicólogo
Seligman propuso,
allá por los años 60 del pasado siglo, conocido como indefensión
aprendida.
¿Qué es la indefensión aprendida?
La indefensión
aprendida es
la conclusión de una serie de estudios realizados en laboratorio con
animales bajo la corriente psicológica del conductismo. Seligman,
mantuvo a diversos animales sometidos
a descargas eléctricas de las que no podían escapar.
Al
poco, los
animales habían aprendido que ninguna de sus respuestas lograban
evitar el castigo, por lo que dejaban de actuar. Pasado
un tiempo, aunque fuera evidente cómo escapar de las descargas, los
animales no hacían nada puesto que habían aprendido que no era
posible huir. Esa pasividad en la conducta, condicionada por el hecho
de no haber podido huir en una época, se mantenía en el tiempo con
bastante constancia.
Esa
misma indefensión aprendida es la que ata a las víctimas a sus
verdugos. Y no sólo en lo referido a una relación de pareja, puede
ser algo que se de en muchas circunstancias: relaciones
paterno-filiales, relaciones de trabajo… Como bien definía Juan
José Millás en su fantástico libro “Hay algo que no es como me
dicen”, los humanos somos como los peces de colores, a pesar de la
belleza hay algunos cuya conducta se
podría calificar de caníbal:
“¿Por
qué cuando dices que Ismael te pegaba no te defendías?- le
preguntaban a Nevenka. […]. El proceso existencial que atravesó
Nevenka no debió ser muy distinto al del pez de colores […]. Un
día, al poco de empezar la relación, el pez se le acercó y le
mordió una aleta. Fue un mordisco en frío, por inesperado[…]. El
acoso no se produce de un día para otro, es un proceso lento. Cuando
te pegan, ya no eres nadie. No es que hayas perdido las aletas, es
que has
perdido la voluntad”.
¿Qué podemos hacer ante la indefensión aprendida?
¿Y
qué hacer cuándo el proceso de la indefensión aprendida se te ha
llevado el alma, y piensas que hagas lo que hagas ya nada tiene
remedio?No es tarea fácil salir de ese círculo, la
indefensión aprendida si por algo se caracteriza es por llevar la
confianza en uno mismo a cotas de bajo cero.
Volviendo al principio, las continuas preguntas de ¿por qué no
escapar? no hacen sino hundir más a la víctima, que está
convencida de que no vale nada y de que nada puede hacer.
Lo
primero por tanto es saber
reconocer esa indefensión aprendida y
pedir ayuda, ya que este fenómeno se asienta tanto en nuestra psique
que es muy difícil escapar de él uno mismo. Si nos creemos a los
psicólogos conductistas, todo lo que se ha condicionado puede ser
descondicionado.
Así
que, con la ayuda, iríamos borrando la indefensión aprendida a base
de técnicas como la desensibilización sistématica, o lo que es lo
mismo a base de ir cubriendo pequeños pasitos que nos acercarán
a la meta final: la independencia. Este aprendizaje o desaprendizaje,
como se quiera llamar, debería ir acompañado necesariamente de un
fuerte trabajo de autoestima,
volver a creerse que uno es capaz ¿qué más se puede pedir?
FUENTE:
https://lamenteesmaravillosa.com/los-rasgos-psicologicos-del-maltratador/
Imágenes de Daria Petrelli