viernes, 26 de febrero de 2010

QUIEN ME HABITA

¡Qué extraño verme aquí sentado,
y cerrar los ojos, y abrirlos, y mirar,
y oir como una lejana catarata que la vida se derrumba,
y cerrar los ojos, y abrirlos, y mirar!

¡Qué extraño es verme aquí sentado!
¡Qué extraño verme como una planta que respira,
y sentir en el pecho un pájaro encerrado,
y un denso empuje que se abre paso difícilmente por mis venas!

¡Qué extraño es verme aquí sentado,
y agarrarme una mano con la otra,
y tocarme, y sonreir, y decir en voz alta
mi propio nombre tan falto de sentido!

¡Oh, qúé extraño, qué horriblemente extraño!
La sorpresa hace mudo mi espanto.
Hay un desconocido que me habita
y habla como si no fuera yo mismo.

GABRIEL CELAYA