Agotado el asombro,
Callado el martes,
Me abandono
entre las sombras perpetuas
De los ruidos.
Me dejo llevar
Río abajo
Entre imaginarias
Estampas de luces
Desvanecidas.
“No hay futuro”,
Grita alguien desde el blando lecho
De nubes desperdigadas
En el éter azul
De la tarde adormecida
Mientras cae lentamente
El último sonido de las tinieblas.
Me abandono, me dejo llevar,
Y las voces eruditas
De los que no tienen voz
Sino sonidos distorsionados
Llenan el aire de gruñidos y rechinares
Oxidados,
Y sus letanías repetitivas
llenan mis oídos
Con la fuerza acabada
De un despertar inacabado.
Se ha acabado el asombro
En este martes
En el que no caben más palabras,
Y el discurrir metálico
Que llena calles y avenidas
Hiere hasta el último de mis sentidos
Mientras caigo desvanecido como una sombra
Entre los pliegues antiguos
De los días perdidos.
2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario