Hoy,
experimentados charlatanes de feria,
deformes gañanes de finos labios
pintados de purpurina gris
y uñas arregladas,
presuntuosos personajes
sacados de alguna fosforescente cloaca
en la que infames roedores de dos patas,
recorren veloces las piedras húmedas
de las silenciosas calles del extrarradio
buscando, alguna victima desesperada,
dispuesta a vender su vida por un fajo
de grasientos billetes usados,
llenan el éter azulado de luz inútil
y polvorientas palabras descabezadas,
las oquedades vacías,
de hipnotizadoras cajas tontas
donde todo el sinsentido humano
explota invadiendo de desfasados colores aguados
las oscurecidas paredes de habitaciones,
y los eternos segundos del sueño primario
caen despacio como los granos de un reloj de arena
que lentamente invade los ojos que no ven
en un oxidado bote metálico.
Hoy,
quizás mañana o tal vez ayer,
apagadas lámparas
alumbrarán las mortecinas ventanas
donde nuevos rostros envejecidos
apoyaran sus codos
buscando la luz perdida
en inacabables noches abandonadas
entre dobleces amarillentos
de sábanas manoseadas.
Hoy,
los pájaros callaran sus voces,
olvidaran su vuelo,
temblaran bajo el infame humo
de esas altas torres metálicas
que afanadas hasta el final
como especializados
jornaleros suman su último esfuerzo
en apagar la luz del sol.
Hoy,
los profesionales impostores del engaño,
llenan de forma imperceptible
los segundos,
que caen muertos
en grasientos e iluminados lodazales
donde desnudos cuerpos
se embadurnan con el cieno
de sus palabras
mientras la catódica luz azul
de sus extrafinas
cajas electrónicas
invade como un virus mortal
sus mentes calladas.
Enero 2024 Amado
No hay comentarios:
Publicar un comentario