Me
iré,
siendo
apenas un suspiro
ascendente
por los escalones
de
una escalera antigua,
húmeda
quietud perdida
entre
las ranuras de los huesos
que
buscan afanosos, el pálido calor
del
invierno pasado
en
el azaroso fragor de una batalla
disputada
en el afilado borde de un segundo.
Me
iré,
siendo
apenas un recuerdo,
lenta
imagen de un click
llamado
a desaparecer,
en
los concéntricos círculos
que
una gota,
produce
al caer
en
la fangosa agua de un charco;
siendo
apenas un sonido
disperso
en el aire,
invisible
a los ojos,
de
aquellos que no ven
la
tenue niebla que cubre sus miradas
con
el sopor furtivo
de
un día sin sol.
Me
iré,
despacio,
sin
apenas darme cuenta
por
los caminos
despejados
del alba,
hasta
algún escondido valle
donde
el rumor clandestino del silencio,
rozara
mi piel desnuda
hasta
abrazar mi cuerpo
en
una callada lucha
de
miradas perdidas
en
el cristalino fondo
de
un vaso de cristal.
AMADO
octubre 2018
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