jueves, 23 de febrero de 2017

AVANZO ENTRE SOMBRAS

Avanzo entre sombras,
un bosque de acero y cemento
se interpone ante mis ojos
intentando alcanzar
el horizonte
perdido de la mañana.

Leve como un soplido,
una gota de rocío
acaricia la palma de mi mano,
que sorprendida,
quizás asustada,
acude deprisa
hasta el fondo del bolsillo
buscando el imaginario refugio
del latido del corazón.

La simulada representación de la vida,
acude incontrolada,
salvaje,
sórdida,
feroz,
como una viciada
corriente de aire
que se sostiene
a ras de suelo,
y...., va recorriendo,
el vacío espacio de una habitación
sin ventanas
en la que encarcelado
entre dos hojas de papel
se escucha el gorgoteo pausado
de la lluvia
que se desliza lenta
como un recuerdo
hasta el centro del universo.

Avanzo entre sombras
atrapado,
en el esquivo sonido
de un signo caligráfico,
atrapado en una negación
de los días pasados,
atrapado en la niebla infinita
de la rutina diaria
que me envuelve
como un sudario
del que no se puede escapar.

Los monstruos
con forma humana,
exhalan sus palabras
escondidos en sus cubículos
de condensada toxicidad,
y..., apartan con sus garras,
la carne de sus victimas
para poder llegar
hasta el tuétano de sus huesos.

Avanzo entre sombras
y dejo caer hasta el suelo
milenario de la ciudad,
una canica,
en la que reflejar
un prisionero rayo de luz
que lucha por escapar
más allá del horizonte olvidado.



Amado (febrero del 2017)

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