El
Acoso Infantil
Marisol
Muñoz-Kiehne, PhD
¿Qué es el acoso
entre los niños?
Acoso es cuando un niño
o grupo de niños trata deliberadamente de controlar a otros, sea
verbal, emocional, o físicamente. Se manifiesta mediante amenazas o
agresión física, la exclusión de juegos y actividades, las burlas,
y los insultos por
apariencia física o raza. El acoso entre niñas tiende a ser
verbal, con palabras que lastiman, mientras que los varones
demuestran más acoso físico (empujones, golpes).
¿Cuál es la
diferencia entre los conflictos y el acoso?
En un conflicto, los
niños compiten intentando “ganar,” y las emociones de ambas
partes lucen alteradas. En situaciones de acoso, el intimidador
parece sentirse calmado y en control, mientras que la víctima
muestra angustia o temor.
¿Cuál es la
diferencia entre el juego agresivo y el acoso?
Algunos niños juegan de
maneras bruscas o toscas que pueden intimidar o lastimar a otros
niños sin ser ésta su intención. Muchas veces están copiando lo
que han visto a su alrededor o en la televisión, ¡hasta en algunas
caricaturas! Dado el pensamiento egocéntrico de los niños pequeños,
a menudo no se percatan de cómo impacta su conducta a los demás. El
juego agresivo se considera intimidación cuando, a propósito, el
niño domina o controla a otros, sea verbal, emocional, o
físicamente.
Los niños que juegan de
maneras agresivas pueden desarrollar una reputación negativa. Es
importante enseñar a los niños que tienden a ser agresivos al jugar
a jugar de maneras activas que no lastiman los cuerpos ni los
sentimientos de los otros niños.
¿Qué tan común es?
Lamentablemente, el acoso
es bastante frecuente: cientos de miles de niños son hostigados cada
día. El acoso es la forma más común de violencia en nuestra
sociedad. Aunque se manifieste a menudo y a través de los diversos
grupos sociales y económicos, la intimidación no es una parte
normal de la niñez.
¿Qué causa el acoso
entre los niños?
Los niños que acosan
muchas veces desean que se les vea y reconozca. Buscando atención,
hostigan a otros para sentirse más poderosos y fuertes. A veces
los niños intimidan cuando sienten celos o envidia, o por haber sido
víctimas o testigos de maltrato. Los niños aprenden de los adultos
si el acoso es aceptable o no, por lo que tiende a propagarse en
entornos con poca supervisión y disciplina inconsistente.
¿Qué consecuencias
sufren las víctimas de acoso en la niñez?
El acoso acarrea
consecuencias negativas, a las víctimas, a quienes intimidan, y a
los testigos. De hecho, puede impactar el clima de la guardería, la
escuela o el vecindario, causando que los niños se sientan seguros
donde viven o donde van a aprender. El acoso ocasiona
consecuencias a corto y a largo plazo para la víctima, tales como:
que se sientan indefensos, asustados, o avergonzados, que desarrollen
ansiedades o depresión precipitadas por el estrés, o que actúen
destructivamente hacia sí mismos o de maneras agresivas hacia los
demás.
¿Qué consecuencias
sufren los niños que acosan?
Sin los adultos no
intervienen, algunas consecuencias que enfrentan los niños que
intimidan son: ser rechazados por sus compañeros, limitarse el
progreso de su aprendizaje y de sus destrezas sociales, y que aumente
su agresividad.
¿Qué consecuencias
sufren los niños que presencian el acoso?
Los testigos de la
intimidación pueden sentirse inseguros, ansiosos y temerosos de que
también serán acosados.
Pueden sentirse
confundidos, sin saber cómo reaccionar. Pueden sentirse culpables
por no poder parar la intimidación. Los testigos el hostigamiento
deben ser alentados a reportar todo acto de intimidación.
¿Cuándo debemos
intervenir los adultos?
No hay por qué esperar;
la agresión es un asunto serio, meritorio de atención e
intervención temprana con la participación de los involucrados en
la crianza del niño en la guardería y en el hogar. Por el bien
del/la niño/a agresivo/a, y de los otros niños presentes, los
adultos deben hacer lo posible para entender por qué lo hace, y para
que cese la agresión.
Aunque algunos niños
tienen temperamentos más dominantes que otros, el acoso es
una conducta aprendida.
Mientras más se tolera
la conducta intimidante, más difícil es eliminarla. Los niños
desarrollan reputación de intimidadores desde los años
preescolares. El enseñarles maneras de relacionarse sin intimidar o
agredir es una responsabilidad compartida entre los adultos
importantes en su vida.
¿Deben hablar los
padres de los acosados y los agresores?
Depende de las
circunstancias y de cómo se hace el acercamiento. Los padres pueden
conversar entre sí con una tercera persona, tal como una maestra
como intermediaria. De cualquier manera, es importante que los niños
se sientan cómodos contándole a sus padres si están siendo
intimidados.
¿Debemos alentar a
los niños a defenderse?
Es importante que los
niños aprendan a protegerse, y a procurar ayuda cuando la necesiten.
Debemos alentarles y enseñarles a hacerse afirmativos y
auto-suficientes. Los niños deben conocer y defender sus derechos,
saber resistir, decir "No," y retirarse de situaciones
peligrosas. Ante el acoso o provocación, deben aprender a responder
de manera afirmativa, ni pasiva, ni agresiva.
¿Cómo prevenir el
acoso entre niños?
• Supervisar a los niños en todo momento.
• Asegurarse de que sientan que son
importantes y que valoramos su presencia.
• Servir de buen ejemplo demostrando
empatía, respeto y compañerismo en nuestras relaciones.
• Elogiar los niños cuando muestran
conductas amables, compasivas, y justas.
• Establecer normas y límites claros para
las conductas aceptables.
• Implementar un sistema disciplinario
razonable y consistente.
• Hacer cumplir consecuencias apropiadas
para las conductas intimidantes.
• Cultivar la inteligencia emocional de
los niños (identificar y expresar sentimientos sanamente).
• Enseñarles maneras de resolver
conflictos y de manejar su enojo y frustración.
• Evitar exponerlos a personas, lugares, y
situaciones que demuestran maltrato, intimidación, u otras formas de
violencia.
¿Cómo prevenir el
acoso entre hermanos?
• Los conflictos entre hermanos son
inevitables y hasta pueden ser beneficiosos, pero la intimidación
debe evitarse, ya que es perjudicial para todos.
• La prevención de la intimidación toma
tiempo y atención, pues consiste en ayudar al que intimida a
conseguir lo que quiere de maneras aceptables, y ayudar al intimidado
a responder de maneras no pasivas ni agresivas, sino afirmativas.
• Mediante nuestro ejemplo, los padres
podemos enseñarle a los niños a expresar lo que sienten y lo que
quieren respetando los sentimientos y deseos de los demás.
• Propiciar en el hogar un ambiente seguro
en el que se practica y recompensa el trato amable.
• Hacer todo lo posible por que todos los
hijos se sientan importantes y queridos, afirmando la personalidad y
talentos de cada cual.
• Enseñar, estimular, reconocer, y
premiar los comportamientos cooperativos, solidarios, y respetuosos.
• Enseñarle a los niños a compartir y a
jugar con compañerismo.
• Establecer reglas específicas de
convivencia en el hogar- ponerlas por escrito como recordatorio.
• Sugerirle a los niños posibles maneras
de negociar y llegar a acuerdos justos.
• Evitar la intimidación, inclusive el
uso del sarcasmo, la burla y la coerción al disciplinar a los niños.
• Evitar el favoritismo y el comparar a
los hermanitos, pues acentúa la competencia entre ellos.
• Educar a los niños para que reconozcan
situaciones de intimidación y respondan a ellas directamente o
pidiendo ayuda.
¿Cómo motivar la
conducta afirmativa en vez de la agresiva?
• Enseñarles destrezas sociales para
conducirse de manera afirmativa (no pasiva, ni agresiva).
• Usar muñecos o marionetas para simular
situaciones intimidantes y practicar respuestas apropiadas.
• Practicar decir “No” y “Para” de
manera clara y firme.
• Practicar hablar con mensajes que
comienzan con “Yo.” (Yo me siento… Yo quiero… Yo voy a…).
• Practicar buenos modales (Por favor,
Gracias, Lo siento).
• Practicar el ignorar o retirarse ante
conductas intimidantes.
• Practicar destrezas del manejo del
estrés y del enojo (contar, cantar, respirar).
• Practicar destrezas de resolución de
conflictos (tomar turnos, compartir, negociar).
• Enseñarles a buscar ayuda cuando la
necesiten
¿Cómo ayudar a las
víctimas del acoso?
• Propiciar un ambiente de confianza en el
cual se nos acerquen para contarnos sobre cualquier conflicto.
• Consolarles y comunicarles que no vamos
a tolerar ninguna agresión.
• Usar juegos o dramatización para
representar los incidentes sospechosos.
• Enseñarles a hacer valer sus derechos.
• Practicar respuestas positivas y
humorísticas ante situaciones intimidantes.
• Alentarles a desarrollar amistades y
mejores relaciones con sus compañeros.
¿Importa el ejemplo
de los adultos?
¡Es
esencial sentar un buen ejemplo, y no “predicar la moral en
calzoncillos”! Los niños observan, escuchan, e imitan lo que hacen
los adultos. Los adultos sirven de modelo a los niños de cómo
expresar emociones, relacionarse con otros, y resolver conflictos.
Podemos
utilizar las tareas cotidianas (programas de TV, paseos) para
conversar sobre los beneficios de las conductas amables, y lo
perjudicial de las conductas agresivas. Debemos mostrarles cómo
respetar y tolerar personas con ideas diferentes a las nuestras.
Tenemos que enseñarles a resolver conflictos sin violencia.
Como bien lo dijo
Octavio Paz:
“Entre
los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno
es la paz.”
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