lunes, 25 de abril de 2016

Cómo reinventar la administración pública desde las personas


septiembre 26, 2010 — vgallardo
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El creciente escepticismo de los ciudadanos sobre la capacidad del Estado para gestionar “lo público” y satisfacer las necesidades sociales hace que la necesidad de reinvención de la administración pública sea más urgente que nunca para todos. Pero, esto es especialmente cierto para los principales sufridores de un sistema organizativo desfasado que tiene aprisionados a 2,5 millones de empleados públicos cada vez más desmotivados, con más absentistas presenciales, en su mayoría excelentes profesionales.
Las empresas no cambian por que les gusta, básicamente lo hacen por que están obligadas a hacerlo, y su necesidad básica es la presión competitiva para sobrevivir o para ganar más dinero.
Pero ¿Qué necesidad hay en la administración pública de cambiar? Será acaso un deseo de mejora que debe venir por una opinión pública cada vez más ácida y corrosiva, menos comprensiva por el shock producido por la crisis económica… O quizás serán los impulsores del cambio unos gobernantes indecisos e inoperantes demasiado pendientes de la calculadora electoral para dar pasos valientes o dejar que otros los den,..O tal vez serán los directivos públicos con una formación y tradición cultural de baja innovación y con herramientas de gestión casi nulas que casi los imposibilitan como directivos.
¿Qué motores deberían ser los impulsores del cambio? Aunque suene sorprendente el cambio en el caso de la Administración debe provenir de la profesionalidad de los propios funcionarios y hay tres motores básicos, tres catalizadores, que ayudarían a que esto fuera así.

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No nos equivoquemos en el protagonista del cambio

Cuanta tinta ha sido ya gastada en todos los países de todo el mundo para pedir una vez más eficiencia a sus instituciones públicas, mejoras de su educación, de su sanidad, de su inteligencia económica, de sus infraestructuras, de su….
Lo sabemos todos y ya se ha dicho demasiadas veces la competitividad de un país, el bienestar económico y no económico, depende en muy buena parte de la calidad de su administración pública, que es lo mismo que decir de la calidad del trabajo de sus funcionarios.
Pero detrás de toda esta retórica está la dura realidad del modelo de organización burocrática que todavía rige básicamente la gestión administrativa tradicional del sector público.
Las nuevas ideas y formas de organización para responder con agilidad y eficiencia a los cambios del entorno como la única alternativa para mantener la eficiencia chocan con una función pública (RRHH) que no responden a las necesidades motivacionales básicas de las personas. La administración evoluciona más lentamente de lo que su entorno le exige.
Por ello se diría que todo el mundo deposita enormes esperanzas a la llegada del político salvador que desafiante cambie milagrosamente esta dinámica y desde las diferentes filosofías políticas regularmente se lanzan nuevos programas de modernización que chocan inevitablemente con el “status quo” más difícil de cambiar.
Por sólo hablar de algunos de los más conocidos desde la izquierda por ejemplo en la época Clinton con Al Gore y David Osborne se lideró el “reinventing government“ que de alguna forma sigue estando presente en el discurso de Obama o desde la derecha con el thatcherismo que modernizado todavía se adivina en el discurso de Gordon Brown se lanzan soluciones que proclaman acabar con la burocracia, la centralización, la ineficiencia, la inflexibilidad o el gap tecnológico.
Pero, el cambio esperado una y otra vez no llego con la intensidad prevista y los empleados públicos una y otra vez nunca les dieron el soporte esperado, para la sorpresa una y otra vez de los gestores del cambio. Este tipo de enfoques nunca ha situado en el centro del debate al verdadero protagonista: al empleado público.
Las organizaciones no cambian profundamente sin cambiar las personas que están en ellas y estas lo hacen si tienen estímulos para hacerlo. ¡Están tan fácil olvidarse de las personas y hablar de las organizaciones como entes abstractos y después sorprenderse de la falta de soporte! Se debe dar mayor protagonismo como agente de cambio al propio empleado público.
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Los tres motores del Cambio

Pero para que las personas tengan mayor protagonismo como verdaderos agentes de cambio deben asegurarse tres factores:
1. Gestionar el desempeño y potenciar el talento innovador. El talento de nuestros funcionarios es la inteligencia de nuestra administración, pero muchos trabajadores públicos no tienen una visión de qué se espera de su trabajo y de cómo conseguirlo. Nadie se preocupa demasiado por desarrollar esta inteligencia, estos aspectos básicos. Deberíamos asegurar carreras horizontales que premiarán a los que tuvieran mayor talento y aportarán mayor valor, establecer nuevos sistemas retributivos fijos y variables realmente motivadores que faciliten el cambio constante. Y poder gestionar el bajo desempeño de forma real como debería suceder en cualquier otra organización pública o no pública.
La apuesta por el talento es la nueva apuesta común que debería caracterizar a las miles de organizaciones que componen eso que llamamos Administración Pública.
2. Desarrollar el liderazgo de mandos y directivos. No hablamos de tener mejores gestores, hablamos de líderes transformadores, de intraempredendores en el sentido de Joseph Schumpeter: persona con la capacidad de cambiar su entorno.
Los actuales mandos y directivos no han sido formados para ello, ni fueron seleccionados para ello, por lo que muchos no tendrán las competencias necesarias. El talento directivo es el talento más valioso y sin este talento será imposible gestionar el desempeño de los demás. Se debe ser enormemente exigente con el directivo y el mando público cómo se es con cualquier otro directivo, debe ser más reconocido, mejor pagado y formado y más fácil de reemplazar.
3. Crear culturas más innovadoras: Esto no tiene nada que estar enfrentado con la rigurosidad presupuestaria o la exigencia en unos determinados estándares, ni con la transparencia, ni con el compromiso a unos valores de servicio público, todo lo contrario.
El empowerment, la claridad de objetivos, la relación con el ciudadano de una forma más transparente, el reconocimiento a la mejora continua y premiar la excelencia en resultados, incrementar la responsabilidad, la comunicación y tantos otros valores son lo que esperan los ciudadanos y que se esta encarnado en corrientes de pensamiento como el e-governement.
La innovación como respuesta de sobrevivencia a un entorno volátil no sabe de organizaciones privadas o públicas. Sólo sabe que necesita unas organizaciones donde el talento de las personas la creatividad y los equipos de trabajo tienen que dar nuevas respuestas y más calidad de forma constante. Y este tipo de respuestas sólo se da en entornos innovadores.
Quizás pienses que estos tres factores son los factores clave en cualquier organización que busque la innovación y la motivación de sus personas. Y que la gran diferencia es que en un tipo de organizaciones las llevará a cabo función pública y en otras lo hará RRHH. Si, es así, obviamente, los funcionarios son ante todo personas y la motivación humana no entiende demasiado de la titularidad de las organizaciones en las que estamos.
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La modernización viene desde dentro

La multitud de organizaciones que forman eso que denominamos abstractamente administración pública, pero que los forman miles de realidades organizativas, cómo cualquiera de otras organizaciones del siglo XXI están sometidas a profundos y continuos cambios. Y estos cambios como pasa en cualquiera de las otras de las miles de organizaciones “no públicas” básicamente deben resolverse como microcambios, cómo innovación difusa, como innovación cotidiana y departamental, sin quitar importancia por ello a los cambios más estratégicos o políticos.
Por tanto quizás deberíamos cambiar las preguntas que nos debemos hacer cuando hablamos de reforma o de modernización de las Administraciones Públicas ¿Y si el esperado cambio viniera desde dentro? ¿Y si los motores del cambio y la innovación fueran los propios profesionales no los políticos ni las grandes estrategias? ¿Y si es así como podemos potenciar ese talento creativo e innovador intrínseco al ser humano?
Y si confiamos más en el poder de transformación del talento habitualmente infrautilizado de nuestros empleados públicos.
La solución no son las bajadas salariales, ni que la ineficiencia de algunos marquen peores condiciones para sus compañeros, la solución no es la reducción de presupuesto en inversiones que afectan negativamente al servicio y de forma injusta a todos, la solución no es incrementar la flexibilidad organizativa engañando las propias normas de la administración por que estas normas en realidad no sirven,… La solución es apostar de verdad, con todas las consecuencias por el talento del empleado público.

Hay poderosos frenos que impiden este cambio, principalmente el propio miedo al cambio. Pero no debemos dejar que el miedo marque el camino, hay caminos que hay que andar sin saber exactamente donde acabarán. Cómo cualquier otra organización la administración que tendremos será lo que hagamos con ella para cambiarla, especialmente desde dentro ¿Qué administración queremos?

Fuente:https://supervivenciadirectiva.com
Autor: Virginio Gallardo Yebra

viernes, 8 de abril de 2016

MALTRATO PSICOLÓGICO



maltratador psicológico

  1. El acosador, por definición de la RAE, es una persona que acosa. El acoso se puede producir de forma física, psicológica, o mediante el uso de las tecnologías de la información, es decir, a través de Internet o del teléfono.


Niña sufriendo por descalificaciones


Maltrato psicológico: rasgos de un maltratador

Los psicólogos o psiquiatras ponen en cuestión que el maltrato psicológico sea la consecuencia de una enfermedad, sino más bien se inclinan por una explicación que tiene que ver con un sistema desigual. Es decir, un abuso de poder o de dominación que afecta a la sociedad.
Un maltratador suele comenzar acosando a la víctima, reduciendo su libertad, aislándola de su entorno (familia, amigos, etc), socavando su autoestima, bloqueándola y minando su percepción de seguridad, trasformándola poco a poco en dependiente.
Se enoja cuando salgo con mis amigas”, “Me dice que no me maquille demasiado”, “No le gusta que lleve una falda muy corta”, “No quiere que hable con mis compañeros de trabajo hombres”, son las frases más frecuentes de aquellas mujeres que sufren del maltrato psicológico por parte de sus parejas.
Reprender, tratar como una niña, considerarla inútil o torpe, haciendo que cambie su forma de ser o de vestir, son también maneras de realizar maltrato psicológico.
El maltratador suele abusar también de su poder, ya sea económico o físico y logra que la mujer se sienta culpable de su manera de hablar, de pensar, de actuar, etc.
El problema de la culpabilidad es muy frecuente en el maltrato psicológico y también puede derivar en lo que se conoce como “Síndrome de Estocolmo”, donde se evitan las situaciones que puedan generar conflictos o confrontación para no pelear o hasta separarse.
El ciclo del maltrato psicológico suele comenzar en la infancia del mismo abusador en muchos casos, o en algún tipo de traumaque le ha ocurrido durante sus primeros años de vida (hasta la adolescencia). Puede que el maltratador haya vivido en un ambiente de mucha violencia física o verbal y haya tenido que padecer el miedo, el abandono, la represalia, el control excesivo, los golpes, etc.
A continuación, os indicamos las características principales de una persona con claro perfil de abusador, maltratador  o golpeador, en la que el maltrato psicológico forma parte de su forma de relacionarse.

Posesivo, dominante y exigente


Una de las primeras acciones que un maltratador toma es querer alejar a su pareja de la familia y de los amigos porque cree que ésta es de su propiedad. ¿Cómo? Hablando mal de ellos, incomodándolos en público, queriendo “meter cizaña” en alguna discusión o problema, etc.
Esto transforma la personalidad de la víctima, la priva del apoyo externo y la vuelve dependiente. Con el uso de la violencia ejerce el poder absoluto sobre los que hace, lo que piensa y lo que siente, aún en lo más íntimo de su ser.

Egocéntrico


Para una persona que ejerce el maltrato psicológico el mundo siempre tiene que girar en torno a él, pero nunca lo reconoce. Se hace lo que a él le gusta en todo momento (la película, el restaurante, el lugar de vacaciones, las salidas) y si no, se enoja.
La mujer es un simple “satélite” que tiene que moverse a su alrededor, dependiendo de lo que el quiere. Todo debe estar bajo sucontrol y si ella desea disfrutar un poco de su independencia, mostrará sus rasgos más violentos.

Mal temperamento


Berrinches como los niños, pataletas, enfado, amenazas, mala cara, peleas, etc. Todo siempre está justificado por culpa del otro, no por razones internas. Dirá que tal actitud lo pone de mal humor, que tal respuesta es la causa de su enfado y una gran lista de etcéteras.
El maltratador nunca considera que tiene la culpa. Culpabilizar a los demás de todo lo que ocurre es otra de las características del maltrato psicológico.

Ridiculizar o humillar públicamente


Estando en una reunión familiar o una cena con amigos un maltratador psicológico no tendrá problema en “mostrar”  a los demás los defectos de su pareja. “¿No les parece que está un poco excedida de peso?”, “siempre se equivoca”, “no sabe hacer la carne como a mí me gusta”, “es una desordenada”, etc.
Esto lo hace para mantener a la mujer bajo control, insultando, denigrando, hiriendo. Como consecuencia, se va destruyendo laconfianza y sólo se pensará en los errores.
Nunca se alegrará por los progresos o éxitos y minimizará cualquier logro. Los fallos personales saldrán a la luz antes que las virtudes, para que tenga la sensación de que siempre está haciendo todo mal.

Controlador-paranoico


El maltrato psicológico hace que la persona que lo ejerce piense que los demás se quieren aprovechar de él, de su dinero, de su poder, de sus contactos, de su sabiduría, de su experiencia, etc. Tiene una necesidad obsesiva de controlar a la pareja todos los días, mediante preguntas destinadas a buscar contradicciones.
El maltratador vigila constantemente los movimientos de su víctima, queriendo saber dónde está su novia o esposa, con quién se encuentra, a qué hora regresa, qué hace y qué no, con quién habla, por qué se retrasa unos minutos, etc. Considera a la otra persona su posesión, su objeto, no una persona con vida propia.

Violento y agresivo



El maltratador empieza poco a poco rompiendo platos hasta llegar a muebles o vidrios, golpear las paredes, tirar cosas al suelo o contra la persona, etc. Si se llega a este punto, es preciso hacer la denuncia y huir inmediatamente de él, no darle más oportunidades.
Parece muy simple conseguir salir de una situación de maltrato psicológico pero no lo es, ya que el maltratador mantiene “atada” a la víctima de diferentes maneras, con  una gran carga psicológica. Sin embargo, si varios de estos puntos te suenanfamiliares, estás en un problema que debes solucionar antes de que sea demasiado tarde.

Maltrato psicológico: los golpes invisibles duelen más


El maltrato psicológico es el que destroza completamente a las personas. O el acoso, el sentirse vigilado, el sentirse no querido. Es también muy doloroso un silencio, una mirada fría, una mirada despectiva”
-María José Rodríguez de Armenta-
El maltratador sabe que su palabra tiene el poder. Por eso la utiliza. De hecho, el maltrato psicológico es mucho más efectivo que el maltrato físico. Éste deja una huella, problemas que perdurarán en el tiempo.
Muchas son las personas que afirman que estos golpes invisibles duelen mucho más que cualquier maltrato físico. Muchos prefieren una paliza que varios años dedicados a superar los problemas inculcados a causa del maltrato psicológico.

mujeres semejantes sufriendo el maltrato psicologíco

Tus palabras me hacen daño


El maltrato psicológico implica palabras que hacen daño, degradaciones, desprecio… Todo esto, en principio puede ser muy sutil, para que la persona maltratada no se dé cuenta y poco a poco vaya entrando en el juego del maltratador.
Con el maltrato psicológico se está buscando el poder de someter a esa persona sin que esta sea consciente de ello. ¿Quieres aprender a detectar a un maltrator psicológico? Ten en cuenta estas características de un maltratador psicológico:

  1. Te insulta, te grita, te ridiculiza y te menosprecia haciéndote sentir que no vales nada, que tu vida en sí no vale nada. Lo hace de tal forma que te sientas incluso agradecida por estar con alguien que esté contigo a pesar de esto.
  2. Tiene celos excesivos y te controla todo el tiempo. Eres su posesión más preciada y al mismo tiempo la más despreciada, una incoherencia que te confunde, pero te somete.
  3. Te aísla de tus amigos y tu familia. Tiene el poder de controlar con quien quedas y cuándo alguien puede disponer de tu tiempo o no. Decidirá por ti, serás su marioneta. Ya no eres libre, sino alguien que está sometido a los deseos y caprichos de otro.
  4. Las constantes amenazas te hacen sentir un temor constante. Puede amenazar con abandonarte o con otras cosas que sepa son tu debilidad.
  5. La presión emocional y sexual que ejerce sobre ti hace que tengas sentimientos de culpa. Realmente, te hace sentir culpable de algo de lo que no eres culpable. En otros términos, le puede dar “la vuelta a la tortilla” a absolutamente todo.
Si te has encontrado alguna vez con alguien que tenga alguna de estas característica, probablemente hayas estado en contacto con una persona que maltrata psicológicamente.
Aunque es cierto que en alguna ocasión pueden utilizar la fuerza física si ven que la presión psicológica no les está siendo suficiente, la verdad es que no suele ser algo que realicen “a menudo”.

Las marcas y los moratones no se manifestarán en su piel, sino en su alma
-Walter Riso-

Quiero liberarme de tus golpes invisibles



La verdad es que es difícil ayudar o que se deje ayudar una persona que está siendo maltratada psicológicamente. Para empezar, ella misma no sabrá si está en lo cierto, ni si se merece protestar por ello. El maltrato es tal que le hará pensar que es merecedora de tal situación, que no es buena persona y que se merece todo lo que le hagan.
Aquí nos encontramos con una autoestima totalmente destruida. Una autoestima rota, una vida sin sentido, rodeada de dolor, de miedo y de necesidad de satisfacer a alguien que continuamente te hace daño. Aun cuando alguien es consciente de que está siendo maltratado psicológicamente, llega el momento de buscar ayuda y ¡sorpresa! ¿Dónde la encuentras?
El maltrato psicológico es silencioso por algo, ¿cómo demuestras que te están maltratando? Será tu palabra contra la de tu maltratador y aún hay mucha gente escéptica que creerá que son cosas tuyas o que te estás volviendo loco.
También puede ocurrir que aunque seas consciente de que te están haciendo daño, tú desees seguir y proteger a esa persona que te está dañando. ¡Cuántas personas maltratadas defienden a sus propios maltratadores! A esto se le denomina “síndrome de Estocolmo“.

Pero a mí lo que me preocupa es el otro maltrato, el que no deja marcas en la piel”


Es importante decir que esta situación aunque la sufran en proporción más mujeres que hombres, es cierto que hay hombres que también sufren de maltrato psicológico.
Lo importante es saber identificarlo y si así lo desea la persona maltratada ayudarle si permite ser ayudada. En ocasiones, por mucho que hagamos no podemos hacer nada. El desgaste mental es tal que el maltratador al final consigue su verdadero objetivo. Eso sí… invisible.
Es importante decir que esta situación aunque la sufran en proporción más mujeres que hombres, es cierto que hay hombres que también sufren de maltrato psicológico.
Lo importante es saber identificarlo y si así lo desea la persona maltratada ayudarle si permite ser ayudada. En ocasiones, por mucho que hagamos no podemos hacer nada. El desgaste mental es tal que el maltratador al final consigue su verdadero objetivo. Eso sí… invisible.

joven sobre una cuerda huyendo del maltrato psicológico

La indefensión aprendida, cuando el maltrato se convierte en costumbre



Cuando se habla de maltrato a la mujer, en muchas ocasiones la pregunta que nos surge a todos es: ¿Por qué no escapó?
Nos parece que la huída es fácil y fantaseamos con una escapada como la de la conocida película protagonizada por Julia Robert  “Durmiendo con su enemigo”, en la que ella simulaba ser víctima de un preparado naufragio.
Sin embargo, para una persona que está sometida a continuo castigo mental y/o físico esta respuesta de huida no es tan fácil. Una de las razones es el fenómeno que el psicólogo Seligman propuso, allá por los años 60 del pasado siglo, conocido como indefensión aprendida.

¿Qué es la indefensión aprendida?


La indefensión aprendida es la conclusión de una serie de estudios realizados en laboratorio con animales bajo la corriente psicológica del conductismo. Seligman, mantuvo a diversos animales sometidos a descargas eléctricas de las que no podían escapar.
Al poco, los animales habían aprendido que ninguna de sus respuestas lograban evitar el castigo, por lo que dejaban de actuar. Pasado un tiempo, aunque fuera evidente cómo escapar de las descargas, los animales no hacían nada puesto que habían aprendido que no era posible huir. Esa pasividad en la conducta, condicionada por el hecho de no haber podido huir en una época, se mantenía en el tiempo con bastante constancia.
Esa misma indefensión aprendida es la que ata a las víctimas a sus verdugos. Y no sólo en lo referido a una relación de pareja, puede ser algo que se de en muchas circunstancias: relaciones paterno-filiales, relaciones de trabajo… Como bien definía Juan José Millás en su fantástico libro “Hay algo que no es como me dicen”, los humanos somos como los peces de colores, a pesar de la belleza hay algunos cuya conducta se podría calificar de caníbal:

¿Por qué cuando dices que Ismael te pegaba no te defendías?- le preguntaban a Nevenka. […]. El proceso existencial que atravesó Nevenka no debió ser muy distinto al del pez de colores […]. Un día, al poco de empezar la relación, el pez se le acercó y le mordió una aleta. Fue un mordisco en frío, por inesperado[…]. El acoso no se produce de un día para otro, es un proceso lento. Cuando te pegan, ya no eres nadie. No es que hayas perdido las aletas, es que has perdido la voluntad”.

¿Qué podemos hacer ante la indefensión aprendida?


¿Y qué hacer cuándo el proceso de la indefensión aprendida se te ha llevado el alma, y  piensas que hagas lo que hagas ya nada tiene remedio?No es tarea fácil salir de ese círculo, la indefensión aprendida si por algo se caracteriza es por llevar la confianza en uno mismo a cotas de bajo cero. Volviendo al principio, las continuas preguntas de ¿por qué no escapar? no hacen sino hundir más a la víctima, que está convencida de que no vale nada y de que nada puede hacer.
Lo primero por tanto es saber reconocer esa indefensión aprendida y pedir ayuda, ya que este fenómeno se asienta tanto en nuestra psique que es muy difícil escapar de él uno mismo. Si nos creemos a los psicólogos conductistas, todo lo que se ha condicionado puede ser descondicionado.
Así  que, con la ayuda, iríamos borrando la indefensión aprendida a base de técnicas como la desensibilización sistématica, o lo que es lo mismo a base de ir cubriendo pequeños pasitos que nos acercarán a la meta final: la independencia. Este aprendizaje o desaprendizaje, como se quiera llamar, debería ir acompañado necesariamente de un fuerte trabajo de autoestima, volver a creerse que uno es capaz ¿qué más se puede pedir?


FUENTE: https://lamenteesmaravillosa.com/los-rasgos-psicologicos-del-maltratador/
 Imágenes de Daria Petrelli