viernes, 9 de octubre de 2015

Perplejo durante un instante
Escucho el sonido urbano
Elevándose despacio hasta el éter
Formando  voces manifestándose
En gritos desgarrados que suben cual trinos
De pájaros desvencijados
Hasta el infinito cielo negro
De la ciudad,
 Mientras un blues
Brillante,
Metálico,
Duro,
Me envuelve
Girando
Cual peonza
En torno a mi persona
Como un torbellino
De luces blancas
Y gentes sin rostro que me rodean
En un abrazo transparente.


Otoño,
El resplandor inicial,
Igual que un fogonazo
De movimientos descoordinados,
Me lleva
En pos de un signo escrito
En cualquier lado;
No hay esperanza para mí
Hoy el humo de los tubos de escape
De los coches 
Satura  el ambiente matutino
De ojos somnolientos
Que miran pero no ven,
Inunda  el levantar del día
De manos blandas
Que toman entre sus dedos esponjosos
Blancas tazas de café
Que son sorbidas
Entre estruendosos ruidos
Hasta las bocas sin labios
De seres sin rostro.



Perplejo durante un segundo
Tomo una gota de rocío
Que acerco  hasta el principio de mi boca
Mientras el sonido caliente de un blues
Me rodea  ligero como un soplo
De aire olvidado que llena mis pulmones
Al tiempo que ando invisible
Entre herrumbrosas muchedumbres
Que cubren sus cuerpos
De brillantes telas sin color.


Octubre 2015

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