El reloj no existe en las horas felices.
Un papel en el viento es como un pájaro herido de muerte.
La felicidad consiste en ser un desgraciado que se sienta feliz.
Los recuerdos encogen como las camisetas.
Somos lazarillos de nuestros sueños
El sillín del piano es el sacacorchos del concierto.
En la manera de matar la colilla contra el cenicero se reconoce a la mujer cruel.
El arcoiris es la cinta que se pone la naturaleza después de haberse lavado la cara.
El capitalista es un señor que al hablar con vosotros se queda con vuestras cerillas.
El amor nace del deseo repentino de hacer eterno lo pasajero.
En el vinagre está todo el mal humor del vino.
Lo más aristocrático que tiene la botella de champaña es que no consiente que se le vuelva a poner el tapón.
El niño intenta extraerse las ideas por la nariz.
En el papel de lija está el mapa del desierto.
El que pide un vaso de agua en las visitas es un conferenciante fracasado.
Las pulseras representan esclavitudes muertas.
Son molestas las medicinas en cuyo prospecto nos llaman "adultos".
La manera de curarse el corazón es ahorrando presentimientos.
RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA
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