Si tuviera una cabeza resplandeciente
y la gente se volviera a mirarme
en los tranvías;
y yo pudiera extender mi cuerpo
a través de la brillante agua
y mantener delante de los peces y las serpientes de agua;
si pudiera arruinar mis plumas
volando ante el sol;
¿crees que permanecería en esta habitación
recitándote poemas,
y fabricando escandalosos sueños
con el más pequeño movimiento de tu boca?
LEONARD COHEN
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