No me mires a los ojos, y luego
mira las libélulas
centelleando mira al río
No escuches mis palabras
escucha a los grillos
estridentes en el henar escucha el agua
No me toques
no toques mis labios mi cuerpo
toca la tierra viviente de juncos
trébolo valeriano toca la luz del sol
Amada,
estas cosas que te traigo
no las veas tan sólo conoce
un paisaje en tu cuerpo
y un río en mis ojos
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