RECOMENDACIONES PARA BUSCAR UN EMPLEO
Buscar empleo es un trabajo importante que no se puede improvisar. Requiere reflexión, esfuerzo, tiempo y sobre todo método. Si te organizas y planificas tu búsqueda, tendrás mayores probabilidades de conseguir el trabajo que realmente deseas.
Antes de tomar decisiones, toma unos momentos para reflexionar. Determina tus propias posibilidades, limitaciones e intereses laborales.
¿Cómo soy? (actitudes personales)
¿Qué sé? (conocimientos)
¿Qué sé hacer? (habilidades)
¿Qué puedo hacer? (capacidades)
¿Qué quiero hacer? (intereses profesionales)
En resumen, defínete como "producto", es decir, como una solución a las necesidades laborales de una empresa.
Esta reflexión te ayudará a identificar los sectores, las empresas y los puestos de trabajo en los que tienes más posibilidades de éxito profesional y personal. Además, te será muy útil para realizar los próximos pasos de tu búsqueda de empleo.
Conocer el mercado laboral
El mercado laboral es cada vez más cambiante. La irrupción de las nuevas tecnologías y los cambios sociales generan amenazas y oportunidades. Muchos conocimientos y prácticas quedan obsoletos, pero también yacen nuevas profesiones.
Sectores y funciones inexistentes o poco desarrollados con anterioridad (nuevas tecnologías, servicios a las personas…) tienen ahora un mayor potencial para generar empleo.
Atento/a a las transformaciones que se están produciendo en el mercado laboral, a las nuevas oportunidades de empleo que están surgiendo y a las demandas y preferencias de las empresas. La observación del mercado laboral constituye una actitud clave para tu desarrollo profesional.
Contrastar tu perfil con las tendencias y exigencias de tu entorno laboral te ayudará a mejorar tu empleabilidad y tomar decisiones realistas sobre tus objetivos profesionales.
Definir tus objetivos
Después de elaborar tu perfil personal y analizar el mercado laboral, debes plantearte tu objetivo profesional, es decir, en qué puedes y en qué quieres trabajar.
Es fundamental que analices a dónde quieres llegar profesionalmente. Si no posees la calificación adecuada para acceder a tu empleo ideal, márcate un objetivo realista a corto plazo y empieza a trazar tu estrategia para alcanzar tu objetivo final más adelante.
Tener un objetivo claro también te ayudará a concentrar recursos y esfuerzos en una determinada dirección, con lo que ahorrarás tiempo y energía, y aumentarán claramente tus posibilidades de encontrar el trabajo que realmente deseas.
Da un primer paso, sino serán otros quienes decidan cómo va a ser tu carrera. Que sea modesto o ambicioso, ten tu objetivo profesional claro y persíguelo.
Si te cuesta definir tu objetivo profesional, te proponemos la siguiente ayuda:
¿Cuáles son los sectores que más me interesan?
Alimentación, arte, deportes, consultoría, automoción, banca, seguros, construcción, enseñanza, energía, cosmética, industria, informática, legal, publicidad, medios de comunicación, química, salud, servicios a personas, textil, transporte, turismo, restauración...
¿En qué tipo de organización quiero desempeñar mi actividad profesional?
Una empresa, una institución sin ánimo de lucro, una entidad pública, una empresa pequeña, mediana o grande, una empresa española, una empresa extranjera en España, una empresa muy estructurada, una empresa de estructura familiar, etc. Hasta puedes definir el ambiente que deseas, el estilo de dirección...
¿Dónde quiero trabajar?
Cerca de casa, estoy dispuesto a viajar, a cambiar de domicilio, a trabajar en el extranjero...
¿En qué área y tipo de función quiero ejercer?
Administración, secretariado, marketing, ventas, finanzas, operaciones, recursos humanos, calidad, ingeniería, investigación, consultoría, informática, medioambiente...
Hecho esto podrás detectar en qué sector(es), tipo(s) de organización y funcion(es) podrías encajar.
Elaborar tu plan de acción
Ya sabes en qué puedes y en qué quieres trabajar. También has realizado una primera selección de empresas que necesitan profesionales como tu.
Has llegado a la etapa en la que sólo te falta definir las acciones a llevar a cabo para encontrar todas las ofertas de empleo que corresponden a tus deseos.
Formula y programa una secuencia lógica de las acciones, de las más básicas a las más complejas.
Indaga para hacerte con una base de ofertas de empleo lo más amplia y afín a tu perfil posible.
Valorar una oferta de empleo
A la hora de valorar una oferta de empleo, todos tenemos en cuenta varios aspectos y los contrastamos con nuestro objetivo profesional.
Estos aspectos pueden ser:
1. La empresa o entidad que ofrece el trabajo: el tipo de empresa, su sector, su tamaño, su ubicación, su prestigio, su cultura empresarial, su futuro en un corto/medio plazo...
2. Puesto de trabajo: su denominación, sus requisitos, las funciones que se han de llevar a cabo, su categoría, su orden dentro de la jerarquía. Las condiciones de trabajo, el horario, el entorno laboral, si el desempeño del trabajo exige viajes, cambio de residencia, presenta riesgos para la salud. Tu autonomía, responsabilidades, participación en la toma de decisiones, posibilidades de promoción...
3. Salario: el conjunto de las condiciones retributivas: el salario (fijo y variable) y las ventajas sociales (vales de comida, seguros, coche, formación…).
4. Contrato: el tipo de contrato, su duración y condiciones de rescisión.
Inicialmente no siempre se desvelan todas las características de un empleo y de la empresa que lo oferta. Entonces, ¿cómo puedes reconocer una buena oferta de trabajo?
Una lectura atenta del anuncio te ayudará a discriminar la oferta. Presta especial atención a los puntos siguientes para comprobar la seriedad de la empresa y oferta de trabajo: El anuncio ofrece información detallada (datos de la empresa, qué ofrece y qué perfil requiere); el anuncio se publica en una ubicación preferente del periódico o página web; el tamaño del anuncio...
En los próximos pasos, te ayudamos a actuar y responder de la manera más adecuada para que la oferta de empleo sea tuya.
Currículum vitae
Has identificado una o varias ofertas de empleo para las que deseas comunicar tu interés como candidato. El currículum es la principal herramienta de comunicación que te define profesionalmente.
Se trata de un documento escrito que debe recoger:
1. Tus datos personales y de contacto
2. Tu itinerario formativo
3. Tu experiencia profesional
4. Tus habilidades (dominio de idiomas, informática,...)
El objetivo último del currículum es conseguir una entrevista personal.
Debe ser un documento veraz, atractivo y mostrar información relevante sobre tu trayectoria y capacidades. Tan importante es el contenido como la presentación: claro, de fácil lectura y sin faltas de ortografía.
Según tu nivel de experiencia profesional, existen varias formas de presentarlo: cronológico, funcional o mixto, según cuál sea la información que quieras poner de relieve.
Carta de presentación
Acabas de terminar la redacción de tu currículum. Ahora es aconsejable que lo acompañes de una carta de presentación. Se trata de la introducción a tu currículum, y generará la primera impresión que sobre ti se hará el empleador.
Su objetivo principal es suscitar el interés de la persona que lo reciba y lograr que desea leer tu currículum con atención.
Destaca lo más relevante de tu currículum y subraya tu interés por el puesto y la empresa a la que te dirijas. Debes tener en cuenta que la carta de presentación puede marcar la diferencia respecto a los otros candidatos.
Existen dos tipos de cartas de presentación:
1. Carta de contestación a un anuncio existente: es la carta que acompaña el currículum como respuesta a anuncios concretos.
2. Carta de autocandidatura: es una carta de autopresentación que se envía por iniciativa propia ofreciéndose a una empresa aunque no tenga selecciones en marcha en aquel momento.
Entrevista de trabajo
Si te han llamado para mantener una entrevista personal es porque tu currículum resulta interesante para el puesto. La empresa desea contrastar y completar los datos de tu currículum que ya es apto para ese puesto de trabajo.
Dada su importancia es mejor no improvisar y acudir a ella con una preparación previa.
Has de conocer a la perfección tu currículum y ser capaz de explicar de manera convincente cada uno de los puntos que en él aparecen. Asimismo, infórmate al máximo sobre la empresa, el sector en el que trabaja y el puesto en cuestión.
Siempre hay preguntas impredecibles pero otras más comunes. Pretenden evaluar rasgos de tu personalidad y de tu manera de relacionarte.
Existen varios tipos de entrevista:
1. Entrevista personal: es un diálogo directo entre el entrevistador y entrevistado.
2. Entrevista de grupo o colectiva: se reúne un grupo de varios candidatos y se plantea una situación a resolver entre los participantes.
A su vez, una entrevista personal puede ser:
1. Estructurada o dirigida: el entrevistador dirige la conversación y hace las preguntas al candidato siguiendo un guión.
2. No estructurada o libre: las preguntas son más generales, surgen en función del desarrollo de la conversación y se espera del entrevistado que hable de sí mismo, de sus opiniones, preferencias...
3. Semi-estructurada o mixta: es una combinación de las dos anteriores y permite que mediante un guión se traten diferentes temas que se adaptan mejor a cada candidato.
Trata de comportarte con naturalidad y soltura, mostrarte respetuoso, transmitir interés por el puesto y una actitud positiva. Demuestra al entrevistador que eres la persona adecuada para cubrir la plaza destacando los aspectos de tu currículum y las habilidades y capacidades que te convierten en la persona idónea para el puesto.
Test y pruebas de selección
Además de la entrevista personal, algunos procesos de selección incluyen la realización de tests o pruebas. Estas pruebas se consideran una fuente adicional de información sobre el candidato.
La finalidad de estas pruebas es evaluar el potencial del candidato y su grado de adecuación a las exigencias de un determinado puesto de trabajo. Dependiendo del perfil del puesto a ocupar, las pruebas varían en su complejidad y extensión.
Las pruebas de selección más típicas consisten en:
1.- Test de inteligencia: evalúan la capacidad de razonamiento, el pensamiento abstracto, comprensión de ideas complejas, resolución de problemas...
2.- Test de personalidad: evalúan los rasgos de personalidad de un candidato: motivación, iniciativa, madurez, autoestima, estabilidad emocional, capacidad de liderazgo, adaptación a los cambios, capacidad de relación con los demás...
3.- Pruebas de aptitudes: evalúan la aptitud numérica, aptitud verbal, orientación espacial, destreza...
4.- Pruebas de conocimientos: evalúan el grado de conocimiento y habilidades relacionadas con el puesto de trabajo a desarrollar.
Existen páginas web y libros con modelos estándar que te permitirán ensayar las diferentes pruebas. Te recomendamos:
1. Tests Psicotécnicos: un carnet de identidad profesional
2. Psicología Online: Tests Psicológicos
3. Agapea: Libros de Test Psicotécnicos
Sin embargo, casi todas las consultoras utilizan pruebas de selección propias por lo que practicar con tests estándar no te asegurará pasar estas pruebas con éxito.
Nuestros consejos ante una prueba son:
1. Lee atentamente las instrucciones de la prueba. Pregunta lo que no entiendas.
2. Lee atentamente las preguntas y todas las alternativas de respuesta.
3. Hay preguntas evidentes. En ocasiones la respuesta más sencilla es la correcta:
Contesta con sinceridad.
Carta de agradecimiento
Tras un largo proceso de entrevistas la empresa puede tener dudas ante la selección final de un candidato.
Si tu entrevista te resultó satisfactoria, enviar una carta de agradecimiento servirá para reforzar tu candidatura y demuestra seriedad, motivación y perseverancia. Te brinda la oportunidad de reiterar tu interés por el puesto de trabajo, reafirmar por qué piensas que eres el candidato ideal y agradecer el tiempo dispensado por el seleccionador que te entrevistó.
Recuerda que estas compitiendo con otros candidatos y que debes diferenciarte de ellos. Muchos candidatos se olvidan de enviarla...
Negociación y salario
No se considera correcto tratar el tema del sueldo (en sus aspectos fijos y variables) hasta el final de la primera entrevista.
Idealmente es el entrevistador quien introduce el tema. En muchas ocasiones, lo hará a través de la pregunta: ¿Cuáles son sus aspiraciones salariales? En otras ocasiones, avanzará una franja salarial. Lógicamente tiene una cifra en mente y tú tendrás la tuya. Comienza la negociación.
Preparación y consejos para la negociación
Antes de contestar o valorar la oferta que nos haga la empresa, hemos de saber todos los detalles posibles sobre:
1. El sector de actividad: algunos sectores (banca, gran consumo...) pagan más que otros.
2. La empresa: ¿Es una multinacional o una empresa pequeña? ¿Cuál es su volumen de facturación? ¿Cuál es el número de empleados de la empresa?
3. La competencia: ¿Qué sueldos se están pagando en otras empresas del sector por trabajos similares?
4. Relación oferta-demanda: ¿A las empresas les cuesta encontrar personas con tu perfil profesional? ¿Es un perfil muy solicitado? Cuanto más singular sea tu candidatura, más posibilidades tendrás de poder negociar a tu favor.
5. Tu puesto y responsabilidades: ¿Tu puesto es importante dentro de la empresa? ¿De tu buena gestión puede variar significativamente la facturación o los costes de la empresa? ¿Tienes personas a tu cargo?
6. Tu valor personal: ¿Aportas valores añadidos más allá de la formación y de la experiencia? Cartera de contactos y clientes, habilidades de comunicación, iniciativa, liderazgo… Cuanto más competente sea una persona a la hora de solucionar problemas más podrá exigir a la hora de negociar su contrato.
7. Las necesidades de las partes: cuantas más cosas necesite la empresa de nosotros - incorporación inmediata, rendimiento a corto plazo… -, más cartas tendremos para negociar.
Lo mejor, a esa altura del proceso de selección, es avanzar una franja salarial abierta - aunque no demasiado amplia – “consideraría una remuneración en el entorno de…” y decir que estamos dispuestos a negociar y a considerar otros factores además del económico.
Sobre esta cifra se establecerá la negociación que, en la mayoría de los casos, acabará de fijarse en la segunda entrevista o a la propuesta de contrato. En la franja intermedia hallaremos el acuerdo.
En la negociación salarial, debemos tener claro que el sueldo no debe ser el único tema de discusión. El tipo de contrato, el horario, los beneficios sociales, las eventuales cláusulas especiales (viajes, cambios de residencia, no competencia futura...), los términos de las revisiones salariales, las condiciones de rescisión del contrato, con su indemnización o blindaje, las posibilidades de promoción son otros elementos que formarán nuestro poder adquisitivo y bien estar profesional.
Contratos y derechos
¡Enhorabuena, te ofrecen un empleo! En el momento de incorporarte a una organización, el empresario debe informarte sobre los elementos esenciales de tu contrato de trabajo.
¿Qué es un contrato de trabajo?
Un contrato de trabajo es un acuerdo entre empresario y trabajador por el que éste se obliga a prestar determinados servicios por cuenta del empresario y bajo su dirección, a cambio de una retribución.
Tipos y modalidades de contratos. Las principales modalidades de contratación con las que puedes hallarte son:
Contrato indefinido: el contrato de trabajo por tiempo indefinido es aquel en el que las partes desconocen, a priori, cuál va a ser la duración de la relación laboral y pactan que sus prestaciones se prolonguen sin límite en su duración.
Contrato para el fomento de la contratación indefinida: es una variante del contrato indefinido. Tiene por objeto facilitar la colocación estable de trabajadores desempleados y de aquellos que prestan sus servicios con contratos temporales.
Contrato a tiempo parcial: es aquel por el que el trabajador se obliga a prestar sus servicios un determinado número de horas al día, a la semana, al mes o al año que deberá ser inferior al de la jornada a tiempo completo establecida en el convenio colectivo aplicable al sector o, en su defecto, al de la jornada máxima legalmente establecida.
Contrato fijo discontinuo: se conciertan para realizar trabajos que tengan el carácter de fijos discontinuos y no se repitan en fechas ciertas, dentro del volumen normal de actividad de la empresa.
Contrato de duración determinada (contrato temporal): pueden ser de varios tipos:
1. Contrato de obra o servicio determinado: tiene por objeto la realización de obras o servicios determinados con autonomía y sustantividad propias dentro de la actividad de la empresa cuya ejecución, aunque está limitada en el tiempo, es de duración incierta. Finaliza al acabar la obra o servicio. Puede transformarse en indefinido.
2. Contrato por circunstancias de la producción: tiene por objeto atender las exigencias circunstanciales del mercado, acumulación de tareas o exceso de pedidos, aunque se trate de la actividad normal de la empresa. Durará como máximo seis meses dentro de un período de un año.
3. Contrato de interinidad: tiene por objeto la sustitución de trabajadores que mantienen el derecho a la reserva del puesto.
Contrato formativo. Pueden ser de dos tipos:
1. Contrato en prácticas: supone la prestación de un trabajo retribuido que facilita al trabajador una práctica profesional adecuada a su nivel de estudios. Tiene como objetivo la inserción profesional de los jóvenes para el ejercicio de actividades relacionadas con la formación adquirida. Suele ser la opción elegida por las empresas para emplear a los recién titulados que carecen de experiencia laboral. Podrá efectuarse dentro de los cuatro años siguientes a la finalización de los estudios correspondientes.
2. Contrato para la formación: tiene por objeto que el trabajador adquiera la formación teórica y práctica necesaria para el desempeño adecuado de un oficio o de un puesto de trabajo que requiera un determinado nivel de calificación.
Contrato de relevo: tiene por objeto la sustitución de aquel trabajador de la empresa que accede de forma parcial a la jubilación.
Contrato para trabajadores minusválidos: tiene por objeto fomentar el empleo de trabajadores minusválidos.
Contrato para la investigación, pueden ser de dos tipos:
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