jueves, 26 de marzo de 2009

MAS FOLCLORICOS QUE "CULTURETAS"

Las procesiones o los Patios siguen despertando mayor devoción que un recital poético. Según el IESA, los cordobeses participan poco en colectivos culturales y cuando lo hacen es principalmente en hermandades o cofradías .

El folclore cordobés le gana el pulso a la cultura pura y dura. Así lo demuestra el informe Los andaluces y la cultura, elaborado por el Instituto de Estudios Avanzados (IESA-CSIC). Dicho informe, que asegura que siete de cada diez andaluces se reconocen poco o nada activos en materia cultural, apunta además que sólo un 17,4 por ciento conoce una o varias organizaciones culturales y participa en ellas. Pero aquí cabe hacer un matiz.
Porque, cuando por fin el andaluz se decide a implicarse en una asociación o colectivo cultural, la principal forma se produce a través de hermandades y cofradías, singularmente en las provincias de Sevilla y Córdoba. Es decir, los cordobeses no sólo asisten poco a recitales, teatro o exposiciones, sino que además la concepción que tienen de la cultura aparece ligada a manifestaciones tradicionales como las procesiones, las romerías y los toros, indica el IESA. La cultura de los bares esto sucede por varios motivos.

Primero, por la educación. “Nuestros padres nos han llevado de pequeños a ver una procesión, pero no a un recital de poesía”, explica Alejandra Vanessa, del colectivo La Bella Varsovia. Y, después, por el contexto, pues está demostrado que al cordobés le tira más una propuesta planteada como forma de ocio. Percatados de este aliciente, en los últimos años los colectivos han multiplicado los recitales poéticos y las exposiciones en bares o pubs de la ciudad con el objetivo de captar público. Y la respuesta ha resultado todo un éxito. Así, reconoce Alejandra Vanessa, acude más gente cuando se celebra un recital en un bar, que cuando tiene lugar en una biblioteca. “En el Ateneo hemos tenido que suspender actos porque sólo han asistido dos personas, luego nos hemos ido al bar y nos hemos juntado más gente”, comenta su presidente, Antonio Perea. Confundir tradición con Cultura. Con las fiestas pasa exactamente lo mismo.

La Semana Santa, los toros, las romerías, las Cruces o los Patios, son actos en los que los ciudadanos participan en masa, mientras que las salas de exposiciones permanecen casi vacías. Pero no hay que llamar a engaños. Como dice Alejandra Vanessa, se confunde tradición con cultura. “Es lo que hemos heredado, pero son formas de ocio, no cultura. Nos empeñamos en compararlas, y ni se pueden ni se deben comparar”, comparte Francisco Arenas, de la Asociación Cultural Aires de Córdoba.

Por ello, sin que esto signifique renegar de “lo nuestro”, Arenas reivindica más apoyo a la “cultura con mayúsculas”. Y es que el problema surge cuando las instituciones invierten mayores cuantías en hermandades que en proyectos culturales propiamente dichos: “De un evento cultural siempre puede recortarse, pero para este tipo de manifestaciones tradicionales, no. Se trata de religión, no de Cultura”, increpa Alejandra Vanessa. Hace dos semanas, este mismo debate saltaba a la palestra.

La Fundación Córdoba Ciudad Cultural excluía la Semana Santa de su proyecto cultural para el 2016 con la consiguiente indignación de las hermandades. Al final, debido a la presión pública, el organismo ha cambiado de parecer y ha acabado incluyéndola.Pues la realidad es que, guste o no, la cultura es sinónimo de festejo para los cordobeses. Pero, ¿le conviene a la ciudad potenciar su faceta tradicional en la candidatura a la Capital Cultural cuando las anteriores ganadoras se han caracterizado precisamente por su proyecto de modernidad?Como dice Arenas, “una cosa no quita a la otra, pero hay que fomentar más la cultura pura y dura porque la otra ya está fomentada”. Desde su punto de vista, a la ciudad le viene bien destacar fiestas como las que depara el mes de mayo para Córdoba, porque atraen mucho turismo. “La gente viene por los Patios y el salmorejo, no por la exposición de Pilar Citoler”, sostiene. No obstante, esto propicia que las empresas y las administraciones, arrastradas por los “intereses electoralistas”, se centren más en el folclore que en la cultura con mayúsculas”. Y mientras eso sea así, la ciudadanía seguirá anclada en la tradición en vez de abrirse a nuevos horizontes. Como dice Arenas, Córdoba “tiene que ser cosmopolita, como lo fue en el pasado.


El pasado es glorioso, pero es pasado. Ahora tenemos que construir presente y futuro”. Ganando con los años, retomando el tema de la participación ciudadana al margen de hermandades y cofradías, la realidad arroja que el complejo asociativo cultural ha cambiado con el tiempo. De este modo, aunque “hay que tirar de la gente” para sacar a flote los distintos colectivos, sus responsables aseguran que ganan adeptos con los años. “Ha habido un incremento de interesados que se ha involucrado en nuestro proyecto”, afirma Arenas.

Lo que empezó con una charla de cinco amigos, ha acabado, 14 años después, en una entidad integrada por más de treinta personas. “Y las bajas que se han producido se han debido siempre a causas mayores”, cuenta Arenas.La misma experiencia han vivido el Ateneo de Córdoba y los colectivos La Bella Varsovia e ISO 23.Este es de los últimos que han surgido en la ciudad. Su andadura comenzó en octubre del pasado año de la mano de Manolo Torres, pero fueron sus alumnos de un taller de fotografía los que lo instaron para erigirse y formalizarse como colectivo. Desde entonces, no se ha registrado ni una sola baja y se han sumado tres personas, aunque es cierto que de sus 18 integrantes, sólo la mitad acude semanalmente a las reuniones.

La Bella Varsovia también ha crecido con el tiempo. En cada acto poético “siempre se suma algún colaborador que quiere recitar”, señala Alejandra Vanessa. Pero se da la paradoja de que “aunque empiezan con muchas ganas, luego esas ganas se van desinflando y tienes que estar detrás, mandándoles emails y demás”, reconoce. “Nos falta iniciativa”Y es que pese a que cada vez se participa más, a los cordobeses “nos falta iniciativa para arrancar”, asevera Perea. “Nos falta para cualquier cosa. La dinámica cordobesa es quejarse sin hacer nada por cambiar las cosas”, corrobora Alejandra Vanessa, pero “parece que la gente está más activa. Y no sé si es porque el 2016 está haciendo mella”, aventura.Y es cierto. Afortunadamente, añade Perea, “los miembros que se van incorporando van cambiando las actitudes. Es gente que viaja y generalmente más culta”. Así, gracias a la savia nueva, los colectivos renuevan sus planteamientos e innovan en sus actividades. La próxima de ISO 23 sacará adelante consiste en un taller de retrato, “una propuesta que ha partido de una de las últimas chicas que ha entrado”, comenta Torres. Arenas comparte la versión de que las nuevas generaciones están mejor formadas y se cuenta con más medios, lo cual repercute positivamente en el asociacionismo, pero para él “el interés no está aumentando lo suficiente”. Pues, mientras la exposición de Pilar Citoler tenga menos tirón que los Patios, “no habremos llegado al tope”, subraya.

¿Qué es cultura para los cordobeses? Los andaluces, entre ellos los cordobeses, no dudan de que la literatura, las bellas artes, la ciencia y la arquitectura conforman la cultura. A éstas disciplinas suman además los viajes y los deportes, según el informe del IESA-CSIC Los andaluces y la cultura.

En un segundo lugar existe además un consenso entre los que valoran el flamenco y las procesiones “como integrantes necesarios de la cultura”. No obstante, el espectro de lo que abarca la cultura se amplía en un tercer nivel hasta lo que los entrevistados del reportaje han definido como “tradiciones” o “costumbres”. De este modo, un porcentaje de andaluces considera cultura, fiestas, romerías, toros e incluso Internet. El IESA pone de manifiesto este “contrapunto entre modernidad y tradición” con otro dato: la formación, el flamenco y Lorca aparecen como los referentes de la cultura andaluza.

En cualquier caso, lo que sí es cierto es que los cordobeses no tienen demasiado claro lo que es cultura y lo que no. De hecho, como señala el IESA, hasta se tiende a identificar con la educación y los modales. Y, es que, aunque los encuestados consideran que el nivel cultural de los ciudadanos ha mejorado, tres de cada diez no recordaba ningún evento cultural internacional en Andalucía en el último año. Es más -y esto es lo más curioso- de quienes sí dijeron recordar, el mayor porcentaje citó acontecimientos no relacionados con la cultura.

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