jueves, 20 de noviembre de 2008
Allí donde hubo
sostuvo su respuesta
de hojas meciéndose al viento,
de vientres parturientos.
Allí donde estuvo
observó el mundo silencioso
de las piedras corroídas
por el ácido del tiempo,
construyó imágenes,
desbarató el color de la noche
hasta convertirlo en luces
de desvaído color ceniciento.
Allí donde hubo
acalló su respuesta
de blancas mañanas,
de gotas de rocío,
de fotogramas grises
hilvanados entre los restos etílicos
de algunos naufragios mentales.
Allí donde estuvo
observó los rostros grisáceos
de gentes sin forma,
de gentes sin ojos,
de gentes sin boca,
de gentes de delgada arena
que se filtraban entre sus dedos
de agua como sombras chinescas.
Sin Título II
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