En ocasiones los amaneceres y los atardeceres son como cuadros pintados por algún artista desconocido, hechos para el disfrute de los sentidos, de los silencios, de los sentimientos más íntimos que cada persona posee dentro de sí.
Son invitaciones a la ensoñación, a dejarnos llevar por aquello que más deseamos y más falta hace en estos días y en estos tiempos de falta de tiempo, la falta de libertad interior.
Soy un caminante en un bosque en el que lamitad de los árboles es recuerdo y la otra
mitad, olvido.
Tengo en la mano la rosa del instante e intento
ser prudente como la paloma sin el largo
cuerpo de la serpiente.
Veo que en cada hoja hay un arbolito que se cree
independiente del árbol grande.
Veo como el sol se retira a descansar en la nube
del crepúsculo cmo un gato ardiendo.
La Lechuza me asusta particularmente porque llega
sigilosa volando con sus alas de terciopelo
Pronto comprendo lo patético de las aletas en
tierra. Y una embarazada con pata de palo
me produce una sensación de indefinida amenaza.
También me la produce una camisa llena de piedras
o un pararrayos en el que se han aposentado
unos pájaros.Sueño que mis manos se han ido a pasear juntas
y que van hablando por señas como los sordomudos.
Apenas soy nadie, una botella llena de agua en
pleno mar.
Mi soledad es mi universalidad.
Artur Lundkvist ( Demoniaco Edén - 1973 )
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