Mi círculo es pequeño,
como una sombra atrapada
en el borde
de una muerta hoja otoñal,
es leve como un verso libre,
huidizo, enfermo, incapaz,
es como una mirada de soslayo
a la que la luz no llega nunca,
es como el sonido eléctrico
de una guitarra sin cuerdas
que atrapa el polvo de los años
entre sus ranuras oxidadas
mientras una gota de rocío,
recorre leve su mástil resquebrajado.
Mi círculo es pequeño,
apenas un grito callado,
en una garganta enmudecida,
donde las palabras
navegan como barcos de papel,
por escurridizas corrientes
de agua infectada
hasta el envenenado sumidero
de alguna alcantarilla lejana;
es el siniestro pensamiento
de cualquier navegante
que aborda silenciosamente,
los segundos, los minutos,
quizás las horas,
que le quedan antes de que su nave,
herida de muerte,
se estrelle contra las afiladas rocas
de una costa abandonada
y su cuerpo roto,
sea arrojado
hasta las olas embravecidas,
al igual que un desmadejado muñeco
caído en el ennegrecido lodazal
de cualquier acera embarrada
desde las manos inocentes de algún niño adormecido.
Mi círculo es pequeño,
no hay más….
Amado (febrero 2021)