La evolución histórica de los emblemas de Córdoba fue recogida por el cronista José Valverde Madrid, como exponemos seguidamente.
El 3 de marzo de 1241 el rey Fernando III mandó tener sello conocido a Córdoba; se atestigua su uso, pero no la forma, el 18 de septiembre de 1246. En el año 1284 (reinado de Sancho IV) "tenía por una parte un león y por la otra la vista de la ciudad con su puente y río figurado".
En 1360 (rige Pedro I) "tiene por una parte (anverso) la ciudad con su río, noria, torre y palmeras de patio de la mezquita y, por el reverso, el león". Se conserva en el archivo de los duque de Medinaceli. Se cita otro del siglo XIV en cuyo reverso figuraba "un grifo y un rey". A finales del siglo XIV, un sello aparecido en un convento franciscano de Martos muestra en el anverso la vista de la ciudad, su puente, río, noria y torre de la mezquita como estaba antes de la remodelación y enmascaramiento barroco.
Entiende Valverde Madrid que el escudo concejil se identificó con el león -reverso del sello- con el aditamiento de la leyenda "Corduva domus militae inclita fonsque sophie" o "Córdoba ciudad de guerrera gente y de sabiduría clara fuente", la cual, en el barroco, pasa a ser, alguna vez, "Córdoba darás tu corazón y prepara las armas de tus guerreros". Igualmente estima que la concreción del escudo desde el reverso del sello pudo estar relacionada con la tradicional industria de la platería, que usó el león rampante para marcar la ceca de Córdoba. práctica hoy olvidada.
Añadimos a la exposición de Valverde Madrid, hasta aquí recogida, que en la Colección Sigilográfica del Archivo Histórico Nacional queda totalmente demostrado que desde el siglo XVI hasta finales del XIX Córdoba usó initerrumpida y únicamente como sello de tinta y escudo uno cuyo campo lo llena un león rampante (que no siembre se estampa coronado, pero que atendiendo a su origen debe serlo), la bordura alterna en su cantones (de número muy variable, pero siempre par) las armas reales de Castilla con las de León. Tal es, además, el que consta en el Archivo Histórico Municipal se ha venido usando hasta 1983: escudo rectangular, cuadrilongo y redondeado por su parte inferior con una proporción de seis de alto por cinco de ancho. En campo de plata, un león (dibújese feroz) rampante, de púrpura, linguado y armado de gules (rojo), entero y coronado (a la antigua) de oro. Bordura formada por cantones donde se alternan las armas reales de Castilla (impares) con las del rey de León (pares), siendo: los impares, en campo de gules un castillo de oro, donjonado, almenado, mazonado de sable (negro) y adjurado de azur (azul); y los pares, en campo de plata un león (dibújese feroz) rampante de púrpura, linguado y armado de gules (rojo), entero y coronado (a la antigua) de oro.
Hoy debe ir timbrado con una corona real cerrada, que es un círculo de oro engastado de piedras preciosas, sumado de ocho florones de hojas de acanto de oro (cinco vistas), interpoladas de perlas, de cuyas hojas sales otras tantas diademas de oro y sumado de una cruz, de oro, y la corona forrada de gules (rojo). El Ayuntamiento, por acuerdo de 1983, decidió volver al campo del anverso del antiguo sello municipal para adoptarlo como escudo y plasmarlo en su enseña municipal; adujo, a más de la tradición en desuso, el evitar la confusión con el de la Diputación Provincial, lo que indudablemente es cierto. El municipio de Córdoba carece de competencias, por sí sólo, para ello. En puridad, la confusión, acaso estaba llamada a solventarla la otra corporación, cuyo uso de armas es mucho más moderno. Por otra parte se echa en falta precisar exactamente tanto la forma como las figuras.
En cualquier caso, debiera perfilarse todo, incluso estudiarse la conveniencia de rehabilitar la vieja leyenda y darle el debido refrendo oficial; no dejar caer en el olvido que un alto y raro honor componer las armas en base a las reales; y finalmente, recordar que el escudo municipal debe tener vocación de permanencia.
A.P.P.
Fuente:La Caja Obra Cultural - Caja Provincial de Ahorros de Córdoba, 1994
El 3 de marzo de 1241 el rey Fernando III mandó tener sello conocido a Córdoba; se atestigua su uso, pero no la forma, el 18 de septiembre de 1246. En el año 1284 (reinado de Sancho IV) "tenía por una parte un león y por la otra la vista de la ciudad con su puente y río figurado".
En 1360 (rige Pedro I) "tiene por una parte (anverso) la ciudad con su río, noria, torre y palmeras de patio de la mezquita y, por el reverso, el león". Se conserva en el archivo de los duque de Medinaceli. Se cita otro del siglo XIV en cuyo reverso figuraba "un grifo y un rey". A finales del siglo XIV, un sello aparecido en un convento franciscano de Martos muestra en el anverso la vista de la ciudad, su puente, río, noria y torre de la mezquita como estaba antes de la remodelación y enmascaramiento barroco.
Entiende Valverde Madrid que el escudo concejil se identificó con el león -reverso del sello- con el aditamiento de la leyenda "Corduva domus militae inclita fonsque sophie" o "Córdoba ciudad de guerrera gente y de sabiduría clara fuente", la cual, en el barroco, pasa a ser, alguna vez, "Córdoba darás tu corazón y prepara las armas de tus guerreros". Igualmente estima que la concreción del escudo desde el reverso del sello pudo estar relacionada con la tradicional industria de la platería, que usó el león rampante para marcar la ceca de Córdoba. práctica hoy olvidada.
Añadimos a la exposición de Valverde Madrid, hasta aquí recogida, que en la Colección Sigilográfica del Archivo Histórico Nacional queda totalmente demostrado que desde el siglo XVI hasta finales del XIX Córdoba usó initerrumpida y únicamente como sello de tinta y escudo uno cuyo campo lo llena un león rampante (que no siembre se estampa coronado, pero que atendiendo a su origen debe serlo), la bordura alterna en su cantones (de número muy variable, pero siempre par) las armas reales de Castilla con las de León. Tal es, además, el que consta en el Archivo Histórico Municipal se ha venido usando hasta 1983: escudo rectangular, cuadrilongo y redondeado por su parte inferior con una proporción de seis de alto por cinco de ancho. En campo de plata, un león (dibújese feroz) rampante, de púrpura, linguado y armado de gules (rojo), entero y coronado (a la antigua) de oro. Bordura formada por cantones donde se alternan las armas reales de Castilla (impares) con las del rey de León (pares), siendo: los impares, en campo de gules un castillo de oro, donjonado, almenado, mazonado de sable (negro) y adjurado de azur (azul); y los pares, en campo de plata un león (dibújese feroz) rampante de púrpura, linguado y armado de gules (rojo), entero y coronado (a la antigua) de oro.
Hoy debe ir timbrado con una corona real cerrada, que es un círculo de oro engastado de piedras preciosas, sumado de ocho florones de hojas de acanto de oro (cinco vistas), interpoladas de perlas, de cuyas hojas sales otras tantas diademas de oro y sumado de una cruz, de oro, y la corona forrada de gules (rojo). El Ayuntamiento, por acuerdo de 1983, decidió volver al campo del anverso del antiguo sello municipal para adoptarlo como escudo y plasmarlo en su enseña municipal; adujo, a más de la tradición en desuso, el evitar la confusión con el de la Diputación Provincial, lo que indudablemente es cierto. El municipio de Córdoba carece de competencias, por sí sólo, para ello. En puridad, la confusión, acaso estaba llamada a solventarla la otra corporación, cuyo uso de armas es mucho más moderno. Por otra parte se echa en falta precisar exactamente tanto la forma como las figuras.
En cualquier caso, debiera perfilarse todo, incluso estudiarse la conveniencia de rehabilitar la vieja leyenda y darle el debido refrendo oficial; no dejar caer en el olvido que un alto y raro honor componer las armas en base a las reales; y finalmente, recordar que el escudo municipal debe tener vocación de permanencia.
A.P.P.
Fuente:La Caja Obra Cultural - Caja Provincial de Ahorros de Córdoba, 1994
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